La cercanía con Mendoza y su necesidad de profesionales, sumadas a las mejores condiciones laborales que ofrecen, han vuelto a Santiago de Chile como un destino muy tentador para los médicos de la provincia. De hecho, de un tiempo a esta parte es considerable la cantidad de trabajadores de la salud que han elegido a ese país por lo laboral. Algunos, con traslados frecuentes de un lado a otro de la cordillera- antes de la pandemia- y otros con establecimiento fijo en territorio trasandino.
Por esa razón hoy están viviendo una realidad relacionada con la Covid-19 muy diferente a la de los hospitales y clínicas locales. Con más de 90.000 casos en todo Chile (más de 70.000 en el Área Metropolitana) ya ha empezado a llegar información desde el sistema de salud que refleja la saturación y la necesidad de elegir qué pacientes internar. Desde allá, y en sus pocos minutos libres, médicos mendocinos contaron a Los Andes sus propias experiencias con esa situación.
Valeria Vega Peñailillo (31) nació y se formó en Mendoza, pero como su mamá es chilena y ella tiene la doble ciudadanía, ese país se volvió su nuevo hogar. "En los últimos años de mi residencia de pediatría hice una pasantía en Chile. Y luego viajé para hacer una guardia por mes. En agosto de 2019 me ofrecieron un cargo en el hospital, por lo que decidí trasladarme de forma permanente a Santiago", contó. Ahora trabaja en urgencia pediátrica, pero por la actual situación de contingencia sanitaria, presta además servicios en urgencia de adultos. "Hay gran demanda para la atención de adultos infectados, con grandes tiempos de espera", detalló.
Atravesando el pico
Para ella, por la pandemia en Chile se están viviendo momentos críticos. "Creo que estamos atravesando el pico. La situación es complicada, un gran número de las terapias intensivas pediátricas de Santiago han sido convertidas en Unidad de Terapia Intensiva (UTI) de adultos, cada vez se hace mayor la necesidad de respiradores", reconoció. Puntualmente, en su especialidad las consultas han disminuido de manera notable y los casos graves en niños por Covid-19 son escasos. "Algunas camas de terapias intensivas pediátricas se han disponibilizado para los adultos y la atención de casos graves pediátricos Covid-19 y no Covid-19 está muy limitada", describió la profesional.
Como punto positivo destacó que los médicos tienen los elementos necesarios de protección personal y que se los cuida mucho. De hecho ella anda constantemente con su delantal, gorro y antiparras que les da del hospital, más una máscara en la que invirtió ella.
Comunicarse a los gritos
Joan Patroni (31) es de Dorrego, Guaymallén, pero hace casi dos años vive en Santiago. Hasta allí llegó con la idea de hacer una sub especialidad en cirugía plástica y reconstructiva y hoy trabaja como cirujano general en un hospital de esa ciudad. "Principalmente veo a mis pacientes quirúrgicos pero ahora por la demanda explosiva de pacientes respiratorios también ayudó a ver pacientes de medicina general, es bastante la gente que se ve al día así que siempre faltan manos", aseguró.
Él notó un gran cambio en su rutina desde que se declaró la pandemia. "Ya no se operan cirugías programadas y los protocolos que usamos para prepararnos para una cirugía de urgencia son más prolongados. Usamos muchos materiales de equipos de protección personal (EPP), ni nos alcanzamos a escuchar en las cirugías así que gritamos", precisó desde allá.
En medio de esta situación de crisis para él es fundamental el ambiente de compañerismo que se ha generado entre todo el personal de salud. "Estamos para esto así que nos damos una mano entre todos. A veces es muy cansador, prácticamente no hay tiempo de descanso y cada vez los pacientes vienen más graves. Pero somos todos consientes que estamos para trabajar", señaló.
Falta de conciencia
Con respecto a la sociedad chilena, en general ambos médicos mendocinos coincidieron al considerar que no hay demasiada conciencia de permanecer en casa por la situación. "Si bien abunda el sentimiento de miedo, angustia e incertidumbre, se ve a personas que salen sin necesidad, hacen reuniones, fiestas clandestinas, celebraciones por equipos de futbol, entre otras", contó Vega Peñailillo. De hecho, para ella en general la gente recién toma conciencia de la grave situación cuando se afecta a un familiar cercano.
En tanto Patroni observó: "Acá la sociedad no sé si está tan comprometida como he escuchado en Mendoza. Siguen saliendo, hay fiestas, ferias llenas y los casos suben y suben. La verdad también es que la vida acá es cara y la gente se desespera por llevar la comida a la casa".
Los profesionales recordaron que al comienzo de la pandemia sólo algunas comunas estuvieron en cuarentena, pero remarcaron que hoy todo Santiago está limitado para circular. "Hay toque de queda todos los días a partir de las 22 y sólo se puede salir en situaciones excepcionales", contó la médica.
De todas formas, con respecto a este último punto el joven observó que no se respeta mucho. "La gente sigue saliendo y los casos aumentan, el problema es que ahora son más los que llegan muy graves y las camas de Unidad de Terapia Intensiva (UTI) y el sistema está saturado", cerró.
Buscando mejores destinos
La pediatra Valeria Vega Peñailillo relató que una de las principales motivaciones para partir de Mendoza fue la relación entre las horas de trabajo y e lpago, ya que desde que se recibió tenía cuatro trabajos, tres en la provincia y una guardia mensual en Chile.
"En mis últimos meses en Mendoza trabajaba todos los días de la semana, inclusive en guardias de sábado y domingo, para alcanzar un sueldo intermedio. No había tiempo para realizar otras actividades académicas y sociales. La situación fue empeorando cada día y no veía una mejoría a corto plazo", relató.
De todas maneras espera que sea momentáneo y que el país pueda lograr un sistema de salud que reconozca y valore a los médicos. Es que ella está profundamente agradecida de la posibilidad que tuvo en Argentina de poder estudiar gratis en una universidad de excelencia y continuar su formación remunerada como pediatra en un hospital público de alta complejidad como el Hospital Notti.
"Además de ser gratuito ,el proceso formativo de médico y especialista es académicamente excelente, lo cual me permitió una rápida inserción en el sistema de salud de Chile", aseguró.