Un proyecto financiado entre muchos. En eso consiste, en términos generales, el crowdfunding. La cooperación colectiva para que las ideas se materialicen es, de un tiempo a esta parte, una tendencia que crece no sólo a escala global sino también en Mendoza, donde proliferan deseos de hacer y vías de reunir los recursos necesarios para que las intenciones no sólo queden en eso. Esta forma de micromecenazgo es cada vez más utilizada por gestores culturales, artistas, organizaciones sociales y personas que buscan emprender apelando a la colaboración de la comunidad virtual, seguidores, amigos y quien quiera involucrarse en esta red de soluciones a la falta o escasez de capital.
Popularizadas a través de internet, con el consabido soporte de las redes sociales, las plataformas disponibles acercan al público -luego de una curaduría o etapa de preselección-, los proyectos vigentes y pasados para que los usuarios ayuden con dinero a su financiamiento o conozcan experiencias anteriores. Además de eliminar intermediarios y de contribuir al testeo de la propuesta previo a su lanzamiento, esta modalidad para la obtención de recursos redefine la forma de concretar emprendimientos. El crowdfunding es entonces una alternativa efectiva que amplía las oportunidades de acceso y participación y en la que resulta clave la fuerza de la idea y su posterior comunicación. Luego de cargar la iniciativa con un plazo determinado para reunir los fondos, los colaboradores cobran un rol fundamental y por su adhesión reciben algo a cambio.
En la Argentina, la web más solicitada para el financiamiento colectivo es Ideame, que funciona desde agosto de 2011 gracias a la inversión millonaria de Mariano Suárez Battan, Eduardo Costantini (hijo) y Tiburcio de la Cárcova. Esta plataforma dirigida a creadores latinoamericanos apela a sumar dinero para apoyar iniciativas con potencial. Como emprendedor, el usuario registra su proyecto, lo inscribe en la categoría correspondiente, solicita su aprobación y una vez confirmado el proceso comienza su campaña. Por este servicio, Idea.me recibe un porcentaje de comisión sobre el monto recaudado. Como colaborador, el interesado inicia una búsqueda, elige una recompensa, selecciona el costo de envío y realiza el pago.
Otra de las opciones más difundidas en la web es Panal de Ideas, que a diferencia del primero se propone como una comunidad libre de comisiones. Hasta el espacio virtual llegan miles de creativos independientes que confían en este modelo basado en la cooperación voluntaria y el esfuerzo comunitario. Esta experiencia se suma a la propuesta de Nobleza Obliga, que permite costear exclusivamente proyectos solidarios. Pero vamos a lo nuestro: los siguientes cinco casos no agotan el panorama de lo que sucede en Mendoza, pero sirven de ejemplo para que el contagio se extienda a quienes aún no le encuentran salida a su idea material.
Veinte años de fotos
En la cosmovisión andina, el Kay Pacha es el mundo de los vivos, el aquí y ahora. Kay Pacha es también el proyecto vuelto libro de Hernán Paz. Nacido en el oeste del Gran Buenos Aires y con residencia en Mendoza, este cineasta y fotógrafo documentalista buscó celebrar dos décadas con las imágenes con la edición de un fotolibro que fuera al mismo tiempo un resumen y una recapitulación en blanco y negro de siete series documentales: Titikaka, Réplicas, Jallalla, Barriadas, Huaorani, Awyayala y Oriente. Centrado en los pueblos originarios y la situación social y cultural de Suramérica, Paz le rinde homenaje “a quienes levantan las banderas del Abuelito Fuego, la Abuelita Agua, la Madre Tierra y el Padre Sol”.
El proyecto, surgido de una serie de viajes y retratos, fue seleccionado por el Fondo Provincial de la Cultura y auspiciado por la Municipalidad de Godoy Cruz. “Fueron algunos amigos y alumnos quienes me sugirieron publicar la iniciativa en Ideame, una etapa muy interesante en la producción de este trabajo. Todo el dinero recaudado a través del concurso, la plataforma y los auspicios fue destinado a la impresión del fotolibro”, comparte Hernán a casi dos meses de la distribución de los primeros ejemplares, que en los próximos días llegarán a manos de quienes participaron como colaboradores. “Ha sido desde sus inicios un trabajo muy artesanal con los tiempos concretos que cada etapa demanda. Creo que es una muy buena opción para ayudar a materializar cualquier proyecto artístico desde el punto de vista de la producción”, opina.
Larga vida al tango
Con doce años de trayectoria, cuatro discos grabados, la participación en varios compilados y giras por Argentina, Chile, Brasil, España, Francia y Suecia, Altertango es una de las bandas mendocinas que apostó por el crowdfunding. El proyecto surgió con motivo de la grabación y edición de su quinto disco y la consigna era hacerlo de forma independiente. “La idea fue producto de una evaluación de las posibilidades y de una investigación sobre las nuevas formas de conseguir financiamiento.
Investigué sobre el asunto durante meses y consulté con otras personas. Al principio pensamos en una preventa y luego nos dimos cuenta de que era mejor probar con una plataforma como la de Ideame, que ofrece el formato más simple para que la gente haga llegar su colaboración a cambio de una recompensa”, explica Elbi Olalla, pianista de la formación de tango de la nueva generación.
A comienzos de 2013, la banda compartió la campaña y un mes más tarde logró el objetivo económico con un plus inesperado del 33%, dinero con el cual sus integrantes cubrieron los gastos de grabación y parte de la fabricación de Fargüest, un disco de composiciones propias que conquistó en 30 días a su público, aún antes de que fuera real. Sobre las dificultades de esta alternativa, Elbi no reconoce otra más que el intenso trabajo de difusión que requiere el proyecto mientras dura: “Insistir y estar muy encima del tema a través de las redes sociales y el mailing”, recomienda Elbi, y agrega que “las ventajas son muchísimas; la principal es que es una forma solidaria de concretar proyectos y una manera de que los fans y amigos participen en emprendimientos artísticos y culturales”.
Dos realidades, dos Brasilia
“Brasilia: La Fallida Tierra de Nunca Jamás” es el ensayo fotográfico en formato libro de Mauricio Waisman que apunta a dilucidar la relación entre las maravillas arquitectónicas de la ciudad y la realidad social existente. El proyecto comenzó en octubre de 2010 con la documentación necesaria y devino luego en la muestra Anónimos, exhibida en setiembre del año siguiente en el Espacio Contemporáneo de Arte. “El libro estaba listo casi un año antes de decidirme por el crowdfunding”, dice Mauricio tras buscar financiamiento por otras vías sin éxito, hasta que atendió el consejo de Zaida Muxí, la arquitecta y urbanista a cargo del prólogo. “Después de estudiar las opciones llegué a Ideame. Adiós especulación y burocracia. Haber utilizado el financiamiento colectivo como herramienta es un hecho artístico en sí mismo y que además le da un sentido a lo que el libro significa”, afirma.
Desde el primer día, de los 55 que duró la campaña, Waisman notó los resultados de un final sorprendente: recaudó $ 43.067 que fueron destinados a la impresión de la primera tirada de Brasilia. “Las ventajas de esta alternativa son muchas. A lo largo de la historia, la materialización de una idea dependía de un capital que, usualmente, pertenecía a una pequeña parte de la humanidad. En definitiva, que las ideas de unos muchos se concretaran, casi siempre, dependía de la voluntad de unos pocos. En su momento los artistas renacentistas dependieron de los príncipes y mecenas. A principios de siglo XX los artistas dependieron de los Estados protectores. A fines del siglo XX de las empresas y de las instituciones "que avalaban" qué se hacía y que no. Hoy estamos en el punto de inflexión. Las ideas ya no dependen de pocos, se ha democratizado el acceso a la información y al capital. Gracias a las redes sociales, ahora podemos saber qué es lo que está haciendo un joven al otro lado del mundo y decidir si apoyamos su proyecto o no. Ahora no depende de pocos. El financiamiento colectivo permite que entre todos podamos ayudar a que esas ideas que antes no tenían lugar, se materialicen”.
En cuanto a las desventajas de esta alternativa, Mauricio considera que "vender humo" o proyectos que no se concretarán forma parte de una modalidad poco seria; es por esto que confiar en la responsabilidad de quien ejecuta y la buena intención de quien colabora son claves para esta modalidad que abre el camino a ideas como la de este joven, que ahora va por un nuevo proyecto, esta vez una plataforma para realizar una obra de arte a través de una oficina de intercambio. Más información en www.oficinadeintercambio.org
En el resto del mundo
La primera plataforma creada específicamente para buscar microfinanciación para proyectos artísticos, principalmente audiovisuales, fue Indiegogo, cuya presentación oficial tuvo lugar en el festival de cine de Sundance en 2008.
Mucho más conocida es la también estadounidense Kickstarter. Fue fundada en 2008 por Perry Chen, Yancey Strickler y Charles Adler. La compañía tiene su sede en el Lower East Side de Manhattan.
El 9 de febrero 2012 se produjeron varios hitos en Kickstarter. Una base para el iPhone, diseñada por Casey Hopkins se convirtió en el primer proyecto de Kickstarter en superar un millón de dólares comprometidos. Unas horas más tarde, un avance de los desarrolladores de juegos de ordenador Double Fine Productions para financiar un nuevo juego de aventuras llegó a la misma cifra habiendo sido lanzado menos de 24 horas antes, y terminó con más de 3 millones de dólares comprometidos.
Este fue también el primer día en que Kickstarter recaudó más de un millón de dólares en aportaciones.
El 18 de mayo de 2012, Pebble E-Paper Watch (el primer reloj inteligente en tener éxito en el mercado) recaudó más de 10 millones de dólares para convertirse en el proyecto más financiado en la historia de Kickstarter.
Los defensores de los métodos de financiación masiva argumentan que permite a las ideas creativas que no encajan en los patrones requeridos por las financieras convencionales obtener dinero en efectivo a través del apoyo y la solidaridad de grandes grupos de personas. Aparte de obtener financiación se obtienen potenciales clientes gracias al boca a boca.
Una desventaja es el requisito de divulgación del proyecto cuando aún se encuentra en fase muy tempranas y esto expone al promotor a que su idea sea copiada por otras empresas.
También es muy cuestionado el hecho de que empresas poderosas utilicen este tipo de herramientas para conseguir aún más financiación.
Camino a la poesía
“Soy María García. Quiero editar mi libro de poesías “Apertura del primer cuarto -la naturaleza de las cosas- a través de la editorial Anti, de Mendoza, Argentina, y presentarlo en un par de ciudades para hacerlo conocer. Anti es un proyecto editorial en el que trabajo junto a Marcelo Neyra, editor, y Meck, diseñadora”, fue la carta de presentación de esta mendocina involucrada en un trabajo colectivo del que también participó el ilustrador Ariel Bergantini con prólogo de naKhlah Khan. “Este sistema no es más que la conocida “vaquita” o algo así como pasar la “gorra”, pero reciclada a la Era de Acuario, digamos. Nosotros decidimos embarcarnos en este modo no para probarlo, sino convencidos de que iba a funcionar, y no nos equivocamos”, dice María sobre la experiencia en Idea.me.
Durante los 65 días que duró la propuesta online, recibieron visitas de Brasil, Chile, Colombia, México, Estados Unidos o Uruguay, sumado a la cooperación de siete colaboradores y 17 personas que realizaron su aporte por fuera de la herramienta. El total de lo recaudado ascendió a los $ 3.950, el 25% de lo que se habían planteado inicialmente, y fue destinado a cubrir gastos de material, impresión y armado del libro. “El sistema es sinérgico, la computadocracia mínima, no separa lo que debe ir unido, ni une lo que debe ir separado, no recaliente ni se fija; es abierto, leal y perfectible. Creo que a Henri Bergson le gustaría, y eso es toda la ciencia sobre este asunto”, comparte la autora.
Festival de arte urbano
M.U.R.O.P.O.L.I.S es el anhelo de un colectivo de artistas y gestores culturales que en noviembre de este año realizarán un gran encuentro de arte urbano junto a una selección de muralistas que embellecerán la ciudad con obras que hablan de conciencia ecológica, respeto a la niñez y rechazo a la violencia. Además de las pintadas, habrá talleres, conferencias y videoinstalaciones para compartir con el público. “Está todo listo, pero se nos ha complicado con algo tan básico como la pintura”, explican los organizadores en el sitio Ideame. Latas de spray, pintura acrílica y viáticos de artistas de otras latitudes son algunas de las necesidades expuestas en el proyecto, al que definen sus miembros como un experimento que busca unir creativos de Argentina, Uruguay, Chile, España, Brasil, Venezuela y hasta Japón para mostrar lo que el muralismo contemporáneo tiene para dar.
“En el caso de M.U.R.O.P.O.L.I.S decidimos utilizar “Todo Suma” de Ideame, que permite ser productor de una acción desde $ 50. No es una donación porque a cambio se recibe algún tipo de compensación. Es un formato ideal de difusión y también un modo de vincular y fidelizar a los colaboradores que pasan a ser, gracias a sus granitos de arena, productores de una acción más grande”, considera Giovanna Pacilio, una de las mentoras de la iniciativa junto a Daniel Weiner y Anahí Argumedo, fundadores de la web Street Art Mendoza. “Los resultados comienzan a darse a partir de que el apoyo se viraliza. Cuando nadie te apoya se crea un silencio aparente. Los primeros microproductores son esenciales y son los que hacen caer la primera ficha del efecto dominó”, agrega.
Quienes deseen conocer más acerca de este proyecto pueden hacerlo a través de http://idea.me/proyectos/21097/festival-de-muralismo