Son tiempos difíciles para la sociedad frente a la cuarentena obligatoria dispuesta para frenar contagios del coronavirus. Si bien las autoridades reiteran a diario los síntomas y los modos de accionar ante una posible infección, no es sencillo para personas con hipocondría, una condición de preocupación catastrófica y excesiva que mantiene la alarma encendida a todo rato.
La hipocondría o trastorno de ansiedad por enfermedad es una afección psiquiátrica en la que una persona tiene ansiedad extrema de tener o desarrollar una enfermedad. Su ansiedad puede aumentar hasta el punto de que afecta la vida y las relaciones cotidianas.
"La mente, el aparato psíquico y el mundo interno de las personas reaccionan a la llegada de esta pandemia con mucha angustia porque se trata objetivamente y realmente de una situación angustiante y preocupante. Entonces reaccionamos con miedo y preocupación, y anormalmente con pánico", explicó a Infobae Claudia Borensztejn, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
Es decir que la intolerancia a la incertidumbre le da mayor impulso a la ansiedad. "La preocupación -continuó Borensztejn- es un signo de conexión con la realidad. El pánico, no. El pánico no deja vivir a las personas y tenemos que seguir viviendo con las restricciones que nos impongan. Ambos sentimientos se contagian. Sin embargo, existe una diferencia entre el miedo y el pánico. El miedo es el miedo a una amenaza real, a algo que está pasando. El pánico, por su parte, tiene ese plus de irracionalidad, de desborde y de angustia".
El problema se acrecienta con la masiva llegada de noticias y la actualización casi obligatoria en las redes sociales, que dan una sensación en que la que "nadie va a poder escapar de la pandemia". De allí la importancia de mantenerse informados con fuentes confiables y en su justa medida, ya que la obsesión con el miedo conduce a investigaciones poco propicias para relajarse.
“El Covid-19 es un problema mundial que las personas tenemos que tratar con más racionalidad y menos pasión. Sufrir por el futuro, por desarrollar en nuestra mente la posibilidad de infección atroz, hace que perjudiquemos la salud psíquica y la capacidad de manejar nuestra vida para tomar buenas decisiones”, agregó el psiquiatra y escritor Augusto Cury.
Hay distintas terapias para la ansiedad por la enfermedad, pero para salir del apuro hogareño lo fundamental es mantener la perspectiva (todos tenemos los mismos pensamientos de miedo) y no exceder las pautas relevantes. Hay que recurrir al humor, a la distracción, planificar actividades diarias y al apoyo afectivo para controlar los impulsos.
Por su parte, el psiquiatra Eduardo Trujillo explicó al portal español Diario Sur que “hay que ocuparse, no preocuparse”. Porque además puede darse la paradoja de que, estando sanos, mantener latente esa posibilidad de contraer enfermedades provoque un deterioro en la salud mental y habilite más problemas.