"Su idea era liquidarme. Me pegó hasta que quiso", dijo ayer Dominga Sconfianza de Michelán (89) la jubilada que el lunes pasado fue asaltada en su casa de Ciudad por dos ladrones que le robaron más de 21 mil dólares.
En la mañana de ese día, Dominga fue víctima de lo que popularmente se conoce como "cuento del tío". En esta ocasión, la artimaña utilizada por los delincuentes no fue novedosa: simularon ser empleados enviados por el banco Nación para controlar el dinero que guardaba en su casa.
"Nunca sospeché porque habían organizado muy bien su engaño", reflexionó.
Ese lunes, la jubilada estaba sola en su casa de calle Rioja al 200 de Ciudad cuando recibió una llamada telefónica de parte de un empleado del banco Nación. Una voz masculina le indicó que en pocos minutos un representante de la entidad iría a su vivienda a controlar el dinero que tenía ahorrado ya que debían verificar el número de serie de los billetes y cambiar los de cien pesos antiguos por los nuevos (y de edición limitada) con la cara de Eva Perón.
"Me dijo que era un plan para ayudar a jubilados y que si no alcanzábamos a renovar mi dinero durante esta semana, seguiríamos con los trámites la próxima", agregó la mujer que durante su juventud colaboró con el Partido Justicialista y hasta llegó a trabajar para Evita.
Dominga no sospechó y le dijo a su interlocutor que esperaría en su casa al representante bancario. No sabía que la siguiente hora iba a ser una de las más traumáticas de su vida.
Atrapada
A las 11, la anciana estaba en la puerta de su casa cuando llegó un hombre joven vestido de traje. "Se presentó como empleado del banco. No me mostró ninguna credencial ni me dijo su nombre pero no desconfié porque lo estaba esperando; media hora antes me habían llamado del banco".
El sujeto iba vestido de traje y corbata y se destacó por sus buenos modales y su educación. Luego de su corta presentación, le pidió entrar a la casa y que le mostrara todo su dinero.
Juntos fueron hasta el dormitorio de Dominga y allí le entregó un billete de cien pesos. "Yo le di uno viejo y él, supuestamente, debía revisar la numeración y luego, si era necesario, cambiarlo", continuó el relato. Pero en medio de la situación, apareció un segundo sujeto, también vestido de traje. "Vestían como unos dandies. Eran muy buen mozos. Tenían entre 35 y 36 años", los describió.
Sin mediar palabras, este sujeto caminó hasta donde Dominga estaba sentada y comenzó a pegarle. "Me golpeó con los puños hasta que se cansó e intentó ahorcarme. Me dio golpes en la cabeza y en el tórax. Mientras, me decía que les diera más plata o que me mataría".
Atemorizada por la situación, la mujer les indicó el lugar donde guardaba más de 20 mil dólares que ahorraba para comprarle un auto a su único nieto cuando cumpliera 18 años.
"Yo no tenía más dinero y les dije que si querían matarme, que lo hicieran. Luego, dejaron de golpearme porque creyeron que estaba muerta", contó.
Luego, la llevaron hasta el baño, la tiraron a la ducha y escaparon. "Cuando ya no escuché más ruidos, salí a la vereda". Un tercer delincuente había encerrado a dos vecinos que estaban al lado de su casa. "Lo hicieron para que nadie pudiera ayudarme", se lamentó.