En los ochenta, exitista una serie en Estados Unidos sobre un grupo rebelde militar titulada The A-Team su título original, en Latinoamérica se la conoció como Brigada A, en España Los magníficos. Todos los capítulos terminaban de la misma manera los militares celebrando una nueva victoria, El coronel John "Hannibal" Smith diciendo "Me encanta cuando un plan se concreta".
Justamente esto es lo que hizo Magnus Carlsen junto a su equipo, trazar un plan chiquito simple, llegar a la igualdad en las partidas regulares y definir en los desempates la modalidad semirapidas. Para quienes no están familiarizados con el ajedrez se lo explico en términos futboleros, salió a defenderse todo el partido y lo ganó en la primera tanda de penales.
Aunque varios lo cuestionen por su actitud de hacer un plan tan mezquino, lo que hizo el campeón mundial fue sencillamente brillante y lógico.
No tuvo un gran año en cuanto a partidas regulares y si en partidas semirapidas sumado a que enfrente tenía a Caruana quien venía en alza y si bien es cierto que no gano ninguna partida en varios pasajes del match lo tuvo contra las cuerdas. La lluvia de críticas a las cuáles no adhiero no se hizo esperar.
Vladimir Kramnik “Magnus debería replantearse para qué juega al ajedrez” Ayelén Martínez “Si no busca ganar y no se siente disfrutando una posición así, si sólo le parece una obligación tener que sentarse a retener la corona, entonces no se entiende para qué juega”. Miguel Illescas “Es un poco friki. Si no lo fuera, seguramente no sería tan bueno”.
En general la queja de la mayoría de los jugadores y afición es que el mundial fue aburrido. Tampoco coincido aquí, porque todas la partidas dejaron algo, tal vez si fue decepcionante que no es lo mismo.
Lo cierto es que Magnus Carlsen sigue en lo más alto del podio gracias a un plan que no por simple y obvio deja de ser genial,