El Centro INTI-Mendoza realiza el análisis de ftalatos con el fin de atender los requerimientos de la industria vitivinícola y acompañar los procesos de calidad de los vinos argentinos.
Desde INTI se recomienda a los elaboradores de alimentos y bebidas controlar los niveles de ftalatos en sus productos.
El Laboratorio de Cromatografía lleva más de tres años realizando esta determinación, que juega un papel esencial para la exportación de vinos a la República Oriental de China, mercado codiciado por el sector vitivinícola local.
Para poder exportar, las bodegas deben obtener la certificación correspondiente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, que, en su circular 38-GF/2013, autoriza al Centro INTI Mendoza como laboratorio donde podrán remitirse las muestras de vinos para la determinación de ftalatos.
Los ftalatos son compuestos químicos altamente presentes en nuestro medio ambiente. Son comúnmente utilizados como aditivos en los procesos de fabricación de plásticos y en diversas formulaciones de revestimientos sintéticos y pinturas, con el objetivo de mejorar su flexibilidad, su funcionamiento mecánico y su resistencia a variaciones de temperatura. Así, muchos productos de consumo habitual pueden contener cantidades variables de estos compuestos.
La licenciada María del Valle Bertolo, encargada del laboratorio de Cromatografía, comentó que este análisis antes las bodegas debían enviarlo fuera de la provincia; en cambio, ahora al hacer el análisis localmente hay un beneficio en cuanto a la reducción de costos y de tiempo, además de ser una comodidad para el usuario.
En el caso puntual de los vinos y bebidas espirituosas de origen vínico, la contaminación se asocia a que en las bodegas se utilizan con frecuencia diferentes polímeros para bombear, conservar y manipular vinos y licores como tanques, bombas, mangueras, cierres, recipientes, resinas epoxi, etc. es decir, que se encuentran en contacto directo con las bebidas durante períodos más o menos prolongados.
Los ftalatos migran más fácilmente en presencia de etanol. Por esta razón, los destilados pueden contener niveles más elevados en comparación con los vinos. El grado de contaminación dependerá del contacto con materiales que presenten ftalatos y de la dinámica de combinación entre tiempos, temperaturas y graduación alcohólica.
Según sea la naturaleza del material, su estructura, textura, molécula considerada y superficie expuesta al contacto con la bebida, el potencial de migración puede ser muy diferente.
Con el objetivo de alcanzar los niveles de sensibilidad demandados, el Laboratorio de Cromatografía, realiza dicha determinación con un equipo de alta tecnología, conformado por un cromatógrafo gaseoso acoplado a un detector selectivo de masas.
Esta herramienta que pone la institución al servicio de la industria, constituye una verdadera oportunidad de crecimiento para las bodegas que deseen avanzar hacia el crecimiento y expansión de sus mercados, en un entorno tan globalizado y altamente competitivo como el actual, contribuyendo al control de calidad de sus vinos.