Un hierro caliente decidió tomar Mauricio Pedemonte, dejando el rol de asistente técnico y calzándose ahora el buzo de entrenador, después que se confirmara la no continuidad de Sebastián Figueredo. Anzorena se encuentra en la última posición y mañana recibe nada más ni nada menos que al mejor equipo de la temporada, Centro Deportivo Rivadavia, elenco invicto con 8 triunfos consecutivos.
“No era fácil agarrar el equipo pero me pareció lo más justo tomar el equipo porque no quería dejar a los chicos solos. Tengo la función de reflotar esto. Es un momento muy difícil realmente el que estamos pasando. Pienso que sufrimos el ser un equipo con adquisiciones nuevas. Nos costó acomodarnos”, fueron las primeras palabras del Pipío.
Sabe de esto, siente como nadie el básquet, el que supiera ser jugador revelación de la LNB y uno de los máximos anotadores en el TNA. Buscará dar su impronta y levantar a este plantel que, según él, es uno de los mejores que tiene este Federal. “Son unas bestias”, sostiene a cada segundo.
-¿Podés explicar cómo fue todo desde la salida de Sebastián Figueredo?
- Primero que nada agradecimiento especial a Sebastián Figueredo, quien me habló y me dijo que me dejaba libre para decidir lo que quisiera hacer tanto yo como Alejandro Paniagua (asistente y preparador físico). Él sabe que es un trabajo, una oportunidad de crecimiento. Como líder que es, me dejó las puertas abiertas para lo que desee. Me enseñó mucho, también hizo crecer a los dirigentes, a la gente de acá, a los jugadores. Hizo un trabajo infernal.
-¿Cómo tomaste el llamado de los dirigentes?
- Tomé muy natural al llamado y la sucesión. Yo estuve con Walter Gutiérrez como segundo asistente y Sebastián estaba como primero. Tras la partida de Gutiérrez, asumió Figueredo. Ahora se repite la misma situación y seguramente después alguien me sucederá. Lo tomo como algo normal, te repito. Son las reglas de juego.
Espero estar mucho tiempo y ser útil al club. Quiero que Anzorena se quede en el Federal y esté peleando arriba, que es donde se merece estar. Debemos revertir esta imagen de la que tanto yo como todo el cuerpo técnico y los jugadores nos hacemos responsables.
-¿Cuál será el sistema de juego del equipo de Pedemonte?
- Tenemos que jugar como jugadores jóvenes que somos; debemos volar la cancha, comernos al rival, ser más intensos de lo que hemos sido. Para esto buscaré una rotación total del equipo, buscando que no se note la diferencia, sobre todo en defensa.
-Entonces ¿eso significa que los juveniles podrían llegar a tener otro papel en tu equipo?
- Los juveniles van a cumplir un rol importante en mi equipo. Ya estuve dialogando con algunos U 17 más para que se sumen a los entrenamientos. Les dije que los voy a tener en cuenta porque otro de mis objetivos es potenciar aún más el nivel de las formativas, dejar jugadores al club con valor agregado para el día de mañana.
-¿Cómo vas a trabajar la parte emocional de los jugadores? En el deporte se ha transformado en fundamental también esta parte, ingresando la psicología al mismo, por ejemplo.
- He pensado en dar un shock a este equipo. Estoy trabajando en algunas ideas que tengo y que llevaremos a cabo en estos días pero no puedo adelantar porque será algo cerrado. Con esto busco un impacto mental que nos vuelva a dimensionar dónde estamos parados. Esto es deporte y lo tenemos que entender así. No se sale apresuradamente de esto. Debemos ir centímetro a centímetro. Le pondremos todo el mejor empeño todos los días, un poquito más cada día.
-¿En qué vas a trabajar estos pocos días que tenés por delante?
-Intentaré recuperar algunos jugadores con molestias (Rodrigo Funes con un cuadro gripal e Ignacio Revellino leve molestia en su tobillo). Voy a implementar algunos sistemas nuevos y mantener otros que los venimos haciendo bien.
-Técnico que debuta gana, dice la frase. Debut con Rivadavia, nada más ni nada menos.
- Ojalá que sí, por los chicos. Vienen sufriendo cosas difíciles, deportivas y extra deportivas. Jugamos contra el mejor, lo ha demostrado hasta este momento.
