Escuchar su voz remonta directamente al departamento de Rivadavia. Mauricio Morello es uno de los locutores más destacados del Este provincial. En su currículum pueden anotarse una incontable cantidad de Vendimias departamentales (26 en su tierra natal), la participación en dos ediciones de la Fiesta Nacional de la Vendimia, cientos de eventos a lo largo del territorio provincial y la conducción de 28 ediciones de Rivadavia Canta al País.
Cuando arrancó, con apenas 19 años, le tocó presentar a una de las máximas figuras de la música Argentina como Mercedes Sosa. En la noche del sábado condujo la actuación de Abel Pintos y hoy le tocará junto a Julieta Alosno ser la voz que anuncie la llegada de Sebastián Yatra al Este provincial.
En una charla íntima con Los Andes desarrollada en la intimidad del festival, Mauricio habla de toda su experiencia arriba del escenario de Rivadavia, sus inicios en la profesión, sus cuentas pendientes, su relación con la música y mucho más.
- Con tantos años de experiencia y muchos artistas presentados... ¿Cuál fue el año que más te marcó?
- Para mí el primero porque presenté a Mercedes Sosa. Tenía 19 años cuando me tocó. La verdad que fue muy lindo. Me acuerdo que fue cuando el festival todavía se hacía en el anfiteatro (NdR: el Anfiteatro César Plástina, ubicado en el mismo predio del Complejo Deportivo Municipal donde antes se realizaba el festival). Eso me marcó sin lugar a dudas.
Después, he tenido la oportunidad de presentar en su gran momento al Chaqueño Palavecino, a Los Nocheros, a Abel Pintos. He sido realmente un afortunado de este trabajo porque he tenido la chance de estar muy cerca. También me tocó presentar a Jorge Rojas cuando se separó de Los Nocheros y lanzó su carrera como solista. He tenido la fortuna de presentar a muchos artistas.
- ¿Cuál fue la edición que más sufriste?
- El más difícil fue cuando se presentaba Abel Pintos y hubo un accidente de tránsito donde fallecieron cuatro personas acá en el departamento. Ese día se suspendió y lo difícil fue al otro día salir al escenario. Abel anunció que no podía reprogramar la fecha porque tenía otros compromisos y acá se presentaban otros dos artistas y había que continuar con el festival. En su momento el intendente me pidió que tratara de poner lo mejor de mi para que la gente entendiera que para la Municipalidad había mucho en juego, había mucha gente que había comprado su entrada para poder ir, y más allá del dolor que había generado para todo el pueblo de Rivadavia, había que continuar con los compromisos que se habían asumido.
Fueron tres minutos que a mí me tocó y fueron de los más difíciles de mi carrera, porque tocó lo profesional, lo sentimental. Pero son desafíos que te pone esta tarea. Fue durísimo.
Además de esa trágica edición de 2016, cuando una mujer de 24 años y tres niños del departamento fallecieron luego de chocar con su moto con una combi municipal, Mauricio recordó algunas ediciones muy particulares. "Después he pasado por experiencias de festivales en donde había trescientas personas y había que animar de la misma manera que si hubiera 30.000. También me ha pasado de estar en festivales donde el deseo de la gente de que el artista es muy grande y pide que continúe, pero el artista no quiere más. En un momento acá había la idea de 'Hay que romper el récord, hay que seguir hasta las siete de la mañana, hasta que salga el sol'. Eso ahora no se podría hacer, pero en los primeros festivales era así, hasta las ocho de la mañana".
- ¿Cómo fue la evolución del festival a lo largo de los 28 años que has estado?
- Sin duda ha logrado posicionarse a nivel nacional y todas las gestiones le han dado su importancia, algunas con más recursos que otras. El festival ha ido creciendo profesionalmente, empezamos a ver que el festival mejora en un montón de cosas. Este año la grilla es indiscutiblemente exitosísima, la mejor grilla de la historia del festival, sin lugar a dudas. Hay un artista internacional del momento, y los tres números más importantes de hoy están aquí en Rivadavia.
Comenzó una comisión muy chiquita, con gran esfuerzo. Pero el cambio principal es que dejó de ser un festival folklórico para convertirse en uno con diferentes propuestas musicales. Hoy tenemos trap, cumbia, rock, pop, música clásica, hemos tenido artistas de todos los estilos en el escenario.
Se trata de dar la mayor cantidad de opciones para que venga mucha gente. Lamentablemente este año no pudimos tener una noche absolutamente rockera, como hemos tenido en otras ediciones. Este año fue un acierto para Rivadavia, irnos a los primeros días de febrero.
- Estás muy interiorizado en la grilla y la contratación de los artistas… ¿cómo fueron las negociaciones?
- Son complejas (risas). Primero está el contrato que asume la Municipalidad con el artista, donde son todas cuestiones que van desde lo económico, requerimientos técnicos, pedidos de traslado, gastronómicos y todo eso.
Después está todo lo que pasa acá, en el campo de juego. Aparecen algunas situaciones que están imprevistas, como el clima. Puede pasar que haya mucha gente y se larga a llover y el show se vuelve técnicamente imposible. También hay artistas que viene con un poco de cansancio propio de la gira y no vienen tan predispuestos a sacarse una foto, hablar con la prensa, pero son situaciones que desde la organización se trata de encontrar el punto medio, para que el beneficiado sea el público.
Sus inicio, el doblaje y la música
- Saliendo de Rivadavia Canta al país… ¿Cómo fueron tus inicios en la locución?
- Era muy adolescente, tenía 15 años y un amigo, Miguel Vidal, que hoy es quien tiene la empresa de sonido e iluminación más grande del país, estaba haciendo el sonido de un pesebre viviente en La Libertad, un distrito de acá de Rivadavia de donde venimos los dos, y yo hacía la voz de Dios. Ahí me escuchó y me propuso si quería trabajar con él animando cumpleaños de 15. Me gustó.
Después, en la escuela secundaria hacía la locución de los actos escolares y luego, cuando estaba en cuarto año, apareció la oportunidad de trabajar en una radio de acá que se llama FM Amadeus. El dueño de la radio trabajaba en la escuela y un me invitó a probar un día, me gustó y ahí arranqué.
- Te ha tocado conducir el festival, Vendimias en muchos departamentos, Fiesta Nacional de la Vendimia, ¿qué desafíos quedan pendientes?
- Muchos. Uno quiere seguir haciendo cosas. Me encantaría seguir trabajando en las Vendimias Nacionales. Desde lo personal y lo profesional me gustaría hacer algo en el doblaje. No es algo tan popular, pero me gustaría hacer algo con eso.
Yo tengo un estudio de grabación que con mucho esfuerzos montamos con mis hijos, y me dedico mucho a eso. Es difícil desde acá, en Mendoza, pero no pierdo las esperanzas y el deseo de poder algún día llegar a hacer eso.
Y en cuanto a eventos, el Festival de Viña del Mar me encanta, me gusta mucho la producción, la puesta en escena y el profesionalismo.
También me gustaría algún día llegar a un evento a nivel nacional, en Buenos Aires, pero todo de a poco.
- ¿Y la televisión?
- Sí, me encantaría poder hacer algo en la tele. Un programa de entretenimiento, o una cosa así que tenga que ver con algo más cálido, más libre.
La radio también me fascina, hace tiempo dejé de hacer porque con mis otros trabajos se me complica.
- También estás muy relacionado con la música, tus hijos son músicos...¿Y vos?
- Yo soy bastante caradura. Desde chico tocaba la guitarra y en mi casa siempre hubo música e instrumentos. Joaquín y Candela fueron los que me acompañaron a armar el estudio de grabación, donde ellos tocan varios instrumentos y donde encontramos un refugio con la música.
- Este año te ha tocado presentar las noches de Abel Pintos y Sebastián Yatra… ¿Cómo te preparás para eso?
- La verdad que el prepararse para mí es venir todos los días al festival. Este clima que se genera me sirve para nutrirme y tener material para el momento de presentar.
Si bien cuando uno va a presentar al artista no puede decir mucho, porque son apenas unos segundos y con decir el nombre ya basta, me gusta saber algunas cosas y tener preparadas un par de frases para acompañar.
La noche de Yatra es otra cosa, porque es un artista internacional y eso me genera una cierta adrenalina saber que voy a estar ahí, y como siempre digo ser un privilegiado de este laburo de que me toque estar ahí.
