Los porteños que transitaron por los alrededores del Obelisco ayer se encontraron con una gigantesca estructura tubular. Se trata del palco desde donde mañana a la tarde, Mauricio Macri espera hablarle a una multitud. Desde Juntos por el Cambio hablan de reunir "un millón de personas" en la 9 de Julio.
El acto en el Obelisco será, posiblemente, la más grande de todas las marchas del "Sí, se puede" del presidente y candidato a la reelección. En todos los actos, Macri remarcó que "los argentinos están por hacer historia", que se trata de un "octubre histórico". El equipo de campaña macrista busca contagiar con épica a su electorado, principalmente a la clase media. Acaso por eso se eligió el Obelisco (para el acto más masivo) y la plaza Vélez Sarsfield (en la ciudad de Córdoba, como cierre de campaña el próximo jueves 24): esos dos escenarios fueron usados por el alfonsinismo, previo a derrotar al peronismo en 1983.
Ayer, la marcha oficialista pasó por Reconquista (Santa Fe) y Sáenz Peña (Chaco). El candidato Macri exhibió un discurso duro en relación a Alberto Fernández: "ya empezaron a perseguir periodistas antes de asumir", dijo en Reconquista, desde el palco en donde volvió a estar acompañado por su esposa, Juliana Awada. "Ah, veo que a ustedes también los tiene hechizados", dijo Macri, cuando sus seguidores corearon el nombre de "Juliana". Estilo descontracturado, chiste, e interacción con la gente vienen siendo el sello de los actos del "Sí, se puede". En Sáenz Peña manejó un tractor.
La novedad ayer fue el regreso de Marcos Peña a los actos. Fue muy bajo el perfil del jefe de gabinete durante toda la campaña. Peña solo participó de la primera marcha del “Sí, se puede”, el 28 de septiembre pasado, en el barrio porteño de Barrancas de Belgrano.
"De las libertades que conseguimos, la más importante que tenemos que defender es la libertad de expresarnos libremente", insistió. "No es la Argentina que queremos. No, no queremos más ese tipo de Argentina", remarcó Macri, pegándole duro al Frente de Todos.
El candidato volvió a apelar a un discurso motivador: "no se trata de dar vuelta la elección; es dar vuelta la historia de este país para que los argentinos tengamos décadas de paz, amor y trabajo".
En un encuentro que mantuvo con productores agropecuarios chaqueños, dijo: "Vamos a seguir aumentando la producción de alimentos para la Argentina y para el mundo, porque el campo es el gran motor que tiene nuestro país y hay que sacarle la pata de encima para que siga creciendo", una afirmación controvertida si se tiene en cuenta la crisis de la industria alimenticia en el último año y medio, con una capacidad ociosa del sector del 36,7, según el Indec.