Matriz productiva: los sectores tradicionales se achican

El rubro agropecuario, la minería y la industria manufacturera perdieron peso en la economía provincial en los últimos diez años.

Matriz productiva: los sectores tradicionales se achican
Matriz productiva: los sectores tradicionales se achican

La discusión por la diversificación de la matriz productiva lleva ya muchos años instalada en Mendoza, y si bien es un proceso lento que ha tenido pocos avances reales, la propia economía ha ido mostrando cambios a través de los años. Un análisis del Producto Bruto Geográfico (PBG) de la provincia permite reconocer sectores que se achicaron más de 20% en la última década y otros que crecieron más de 50%.

Esas diferencias llevaron a que algunos rubros económicos incrementaran su peso relativo en la economía provincial y otros lo perdieran. Entre los que cayeron se destacan el sector agropecuario, la industria manufacturera y la explotación de minas y canteras. Los que más crecieron fueron los "servicios comunales, sociales y personales", los establecimientos financieros y el rubro de transporte y comunicaciones. 

Los que se achicaron

A la hora de analizar tendencias no sirve de mucho quedarse con lo ocurrido en doce meses. Lo correcto, según recomiendan los economistas, es observar periodos de tiempo más largos. Por eso en este caso se tomó en consideración el desempeño económico de cada rubro en los últimos diez años (2007 a 2017). 

Los informes de PBG publicados por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), muestran con claridad el mal desempeño de algunos rubros en ese periodo. Uno de los ejemplos más claros es sin duda el del sector agropecuario, que en el transcurso de la década se contrajo 42%, lo que le significó una caída de 4,7 puntos porcentuales en su participación sobre la economía provincial. En 2007, las empresas de ese rubro representaban el 10,4% de lo que producía el total de la economía de Mendoza, pero en 2017 solo llegaron a representar el 5,7% del total producido.

Las actividades más afectadas fueron "hortalizas y legumbres", cuya participación en el PBG bajó de 1,1% a 0,6%, y viticultura, que bajó de 5,5% a 2,6%. 

Si bien es cierto que el año pasado fue particularmente malo en lo que respecta a cosecha, los informes publicados por la DEIE demuestran que la crisis del rubro agropecuario comenzó mucho antes y en 2017 solo se profundizó un poco más.

Otro sector que no la ha pasado bien en la última década es la industria manufacturera.

Entre 2007 y 2017 el nivel de actividad de ese rubro bajó 16%. Como consecuencia, su participación sobre la economía de Mendoza bajó de 18,6% a 14,6%. 

Dentro de la industria manufacturera, la actividad que más cayó es el de "elaboración de bebidas", que por sí sola representaba el 9,7% de la economía provincial en 2007 y en 2017 tuvo un peso sobre el PBG del 6,6%.

Similar es el caso de la explotación de minas y canteras,  que se contrajo 25% en los diez años analizados. En 2007 las empresas de ese rubro producían el 10,3% del total de la economía de Mendoza, pero luego de 10 años de retracción pasaron a representar sólo el 7,3%.

Entre todas las actividades comprendidas dentro de ese rubro, la que más perdió en 10 años fue "petróleo y gas natural". Las empresas dedicadas a esa actividad tenían un peso relativo sobre el Producto Bruto Geográfico del 9,7% en 2007 y bajaron a 6,6% en 2017, pese al crecimiento de las inversiones registrado en los últimos años.

También ha sido negativa la última década para el rubro de construcción, que sufrió una caída del 9% en la década analizada. Sin embargo, no varió demasiado su peso sobre el PBG, ya que era de 1,9% en 2007 y diez años más tarde era de 1,6%.

Dos rubros ambiguos

El rubro de comercio, restaurante y hoteles creció 6% entre 2007 y 2017, pero aun así sufrió una mínima caída de 0,2 puntos porcentuales en el peso que tiene sobre la economía, pasando del 23% al 22,8% respectivamente. De todas formas, sigue siendo el más importante para la provincia.

En tanto, las empresas de electricidad, gas y agua lograron crecer 4,% en el transcurso de los diez años, pero su peso sobre la economía de Mendoza se mantuvo fijo en 2%.

Los que crecieron

El rubro que mejor desempeño tuvo en los diez años analizados fue el de transporte, almacenamiento y comunicaciones, que logró un crecimiento del 90% en ese periodo. El buen resultado le permitió crecer 4,4 puntos porcentuales en la participación sobre la economía de Mendoza, pasando de representar el 5,6% del PBG en 2007 al 10% en 2017.

Las grandes protagonista de esa mejora fueron las empresas de telefonía, que aumentaron su participación del 2,4% al 6,5%.

Otro rubro que creció fue el de servicios comunales, sociales y personales. Según los datos publicados por la DEIE, en diez años su nivel de producción aumentó 50%. Ese incremento le permitió mejorar 5,8 puntos porcentuales su participación sobre la economía provincial, pasando del 14,4% en 2007 a 20,2% en 2017. 

Dos actividades se destacaron en ese caso. Una fue la de "servicios médicos del sector privado", que tenía un peso del 1,2% sobre el PBG y llegó al 2,8%. La otra fue la realizada por el Gobierno Provincial, que  tenía un peso de 3,7% en 2007 y saltó a 6,2% en 2017.

Por último se puede destacar el rubro de establecimientos financieros, que luego de crecer 22% en la última década, lograron incrementar dos puntos porcentuales su peso en la economía de Mendoza (pasó de 13,9%  a 15,9%).

Cambios en el ranking

Las diferencias de rendimiento en los últimos diez años modificaron el ranking de actividades económicas con mayor peso en el Producto Bruto Geográfico. Si se compara la composición del PBG del 2007 con la del 2017 se encuentra a dos sectores que perdieron posiciones, cuatro que se mantuvieron estables y tres que escalaron lugares.

Uno de los que perdió fue la industria manufacturera, que en 2007 era el segundo sector económico más importante de la provincia y en 2017 ya había caído al cuarto lugar. También perdió dos posiciones el sector agropecuario, que pasó del quinto al séptimo lugar en participación del PBG.

El segundo lugar que dejó la industria manufacturera fue ocupado por los servicios comunales, sociales y personales (en 2007 era la tercer actividad más importante) y el tercer lugar fue ocupado por los establecimientos financieros, que treparon desde la cuarta posición. El otro sector que ganó peso en la economía provincial fue el de transporte y comunicaciones, que gracias a su llamativo crecimiento del 90%, pasó de séptimo lugar en 2007 al quinto en 2017.

Los sectores que siguen ocupando la misma posición son comercio, restaurantes y hoteles (se mantiene en el primer lugar), explotación de minas y canteras (sexto), electricidad, gas y agua (octavo) y construcciones (noveno).

Un cambio no pensado 

Según analizaron especialistas consultados por Los Andes, los cambios en la matriz productiva de Mendoza no han sido programados y direccionados por el Gobierno de Mendoza, sino que han sido consecuencia los cambios propios de la economía.

El economista Pablo Salvador explicó que "es la propia dinámica de la economía la que ha llevado a que algunos sectores aumentaran su participación sobre el PBG y otros perdieran peso sobre la economía".

Desde su punto de vista, los resultados negativos en industria manufacturera y agroindustria "demuestran la falta de acción por parte del Estado para fomentar esas actividades".

Por su parte, el economista del Ieral, Jorge Day, observó que las fluctuaciones del dólar han sido causantes de algunos de los resultados analizados anteriormente. "Entre el 2010 y el 2017 el dólar se retrasó considerablemente, lo que desalentó las actividades vinculadas a la cotización de la moneda estadounidense. Es el caso por ejemplo de la agroindustria, la minería y la industria manufacturera", comentó.

También el economista Carlos Rodríguez asoció los cambios de la matriz productiva de Mendoza a la propia dinámica de la economía y no una estrategia direccionada por parte del Gobierno. "No se han sabido manejar los problemas macroeconómicos y el valor bajo del dólar ha perjudicado a sectores que dependen mucho de sus exportaciones, como la vitivinicultura y la industria manufacturera", señaló.

Rodríguez analizó además los movimientos que han tenido algunos sectores en particular. "La tecnología y el desarrollo software tienen cada vez mayor importancia en la economía mundial. Mendoza no está ajena a esos cambios y por eso es natural ver qué crecimiento del rubro de "transporte, almacenamiento y comunicaciones", apuntó.

"También es lógico el crecimiento del sector financiero, que por años fue favorecido con medidas de política económica nacional. Incluso durante el kirchnerismo ese sector creció mucho", continuó.

"De la misma forma se pueden encontrar explicaciones en las caídas. En el caso del sector de minas y canteras, no hay que olvidar que  hace años que en Mendoza se discute por cuestiones ambientales. No se ha elaborado una estrategia de desarrollo como lo hizo San Juan", indicó.

Sebastián Laza, economista asesor del Ministerio de Economía de Mendoza, coincidió respecto a que "el atraso cambiario perjudicó a la vitivinicultura" y agregó que "el sector frutícola lleva varios años atravesando una crisis por la falta de rentabilidad".

En líneas generales, el economista atribuyó las bajas a las decisiones de política económica de la gestión anterior. "Algunos de los grandes cambios son efecto directo de la década kirchnerista. El crecimiento de los servicios comunales, sociales y personales, por ejemplo, son consecuencia del crecimiento desmesurado de los presupuestos públicos, lo que básicamente se traduce en salarios. También la caída del petróleo y la minería son reflejo de la política energética del gobierno justicialista", argumentó.

Redireccionamiento

Para Pablo Salvador, el actual gobierno sí está llevando a cabo algunas políticas de direccionamiento de la matriz productiva, aunque consideró que "se debe hacer mucho más para obtener buenos resultados".

De acuerdo al economista, "el bono fiscal, la reducción de alícuotas de Ingresos Brutos y el Polo Tic demuestran que el Gobierno de Mendoza está incentivando el desarrollo de algunas actividades por sobre otras". Sin embargo, explicó que se trata de un proceso largo que requiere de al menos una década para empezar a mostrar resultados y aclaró que deben aparecer otras medidas que acompañen estas acciones.

"Al mismo tiempo se debe proteger a los demás sectores. La agroindustria, por ejemplo, no debe desaparecer, sino que debe ser impulsada con mejoras macroeconómicas. Mendoza debe proteger su economía y desarrollar a los sectores con mayor potencial de crecimiento", sostuvo.

En representación del Gobierno de Mendoza, Sebastián Laza confirmó que "se intenta incentivar a algunas actividades con acciones como el bono fiscal", pero aseguró que la prioridad es lograr una mejora competitiva para todos los sectores de la economía.

"Queremos impulsar a sectores tradicionales, como la vitivinicultura. Nuestro objetivo es mejorar la competitividad alivianando la carga impositiva, reduciendo de los costos de fletes y generando nuevas relaciones comerciales, entre otras acciones", aseguró.

Crecimiento menor al 1% anual

El PBG del 2017 confirmó que la economía de Mendoza creció solo 1,6% el año pasado.

El número es notablemente inferior al 3% de crecimiento medido por el Ministerio de Economía de la Provincia y al 2,8% que comunicó el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) en su estudio privado.

Por si fuera poco, en el balance de 10 años  (2007 a 2017) Mendoza sólo logró crecer un 6,7%. Eso significa que la economía provincial tuvo un ritmo de crecimiento promedio del 0,67% anual en ese período, un número que para los economistas es peligrosamente bajo.

"Es realmente preocupante tener crecimiento promedio del 0,6% anual, porque no se llegan a crear la cantidad de puestos de trabajo suficientes para captar a la gente que ingresa al mercado laboral", explicó Carlos Rodríguez.

Coincidió con ese análisis Pablo Salvador. "El tamaño del mercado laboral crece entre 1% y 2% anual. Si la economía no sigue ese mismo ritmo, no se puede generar empleo para todos los nuevos demandantes de trabajo. Ese es el motivo por el cual ha crecido tanto el subempleo y la tasas de informalidad en Mendoza", comentó el economista.

La misma preocupación manifestó Jorge Day. "Es todo un círculo vicioso. Como la economía no crece, tampoco lo hacen los ingresos y la renta de los comercios no mejora. En consecuencia, se crean pocos puestos de trabajo y no se alcanza a cubrir el crecimiento vegetativo del mercado laboral".

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