Nacido en la cantera Azul, Matías Villarreal es uno de los más acongojados por el presente de la institución. “Tengo una mezcla de enojo y tristeza. Creo que a ningún jugador quiere descender; me duele mucho ver a Independiente así. Pero que el hincha se quede tranquilo porque estos futbolistas se van a tirar de cabeza para dejar a Independiente en la categoría”, confiesa con los ojos cristalinos el volante central.
Sobre la deuda salarial, que se agiganta día a día, Villarreal dice: “Se hace bastante complicado dejar la familia, pasamos mucho tiempo fuera de casa. Tratamos de hacer lo posible, hacemos todo lo que tenemos a nuestro alcance para dejar a Independiente lo más alto posible. Y también entendemos que la dirigencia hace todo lo posible, pero evidentemente no alcanza; esperemos que esto mejore”.
Independiente jugó en Tandil, por lejos, su peor partido en esta B Nacional. “Somos los primeros en saber las cosas que hacemos mal, somos conscientes de que esto se tiene que levantar ante Douglas Haig de manera urgente. En Tandil jugamos un partido malo, chato, donde no supimos encontrar el camino. Teníamos todo a favor para ganar y no se pudo dar. Son esos partidos donde no te sale nada, esto le pasa también a un equipo de Primera o de Inglaterra. Da mucha bronca porque se hace un esfuerzo descomunal; estamos muy dolidos por la derrota. Pero esto no nos tiene que tirar al piso ni mucho menos, tenemos que estar fuertes de la cabeza porque de esto se sale así. El martes (por mañana) esperamos que salga todo lo que no salió en Tandil”, explicó.
Consultado sobre algunos gritos ‘picantes’ que se pudieron escuchar en el camarín Azul pos derrota ante Santamarina, Villarreal contó: “Aquí hay un grupo humano que es un espectáculo y, la verdad, me saco el sombrero. Los gritos fueron para levantar al compañero porque esto sigue y el martes (por mañana) debemos demostrarlo en Pergamino”. Que así sea, ‘Villita’.
