Sin dudas, 2015 será un año inolvidable para el protagonista de la historia que vamos a contar. Desde los 13 años, cuando emigró solo a Buenos Aires en busca de cumplir su sueño como futbolista, Matías Ezequiel Vargas Martín sabe lo que es dar batalla a la vida.
“Vivió mucho tiempo solo. Lo podíamos visitar poco por cuestiones económicas y fueron tiempos difíciles”, cuenta Omar Francisco, su papá, una de las grandes glorias que dio el fútbol sanjuanino.
Por eso cuando Miguel Angel Russo, DT de la Primera División de Vélez Sársfield en ese entonces, lo convocó para entrenar con el primer equipo, se le habrá caído un lagrimón. “Fueron muchos objetivos logrados este año.
Llegué a jugar unos partidos en primera, firmé mi primer contrato... Sin dudas fue un año absolutamente positivo”, confesará unos minutos después, cuando la pregunta llegó, inevitable.
Matías está volviendo de Buenos Aires, donde antes de regresar a la provincia recibió el premio como mejor futbolista amateur de las divisiones menores de Vélez Sársfield.
Fue la coronación a tanto esfuerzo. Tres partidos en Primera División (debut frente a Colón de Santa Fe, el pasado 23 de agosto) y otros 10 formando parte del banco de relevos del equipo de Liniers. Demasiadas sensaciones para un chico que creció de golpe.
-Cerrás el año de la mejor manera...
-Siento mucho orgullo porque fue mucho sacrificio. Es importante que la AFA entregue este premio y es como que el club te devuelve todo lo que hacés en el día a día.
-¿Cómo fue vivir solo desde muy chico en Buenos Aires?
-Vivo solo desde hace mucho tiempo y pasé un montón de cosas malas y duras. Hoy disfruto de todo lo bueno que está llegando y estoy feliz.
-¿Qué te genera que te comparen con tu papá?
-Es un orgullo muy grande, pero siempre digo que me falta un montón para ser como él. Creo que es difícil llegar a jugar como lo hacía mi viejo.
-¿Hay grandes diferencias entre los juveniles de allá y los mendocinos?
-No hay tantas diferencias si hablamos de cuestiones técnicas. Claro que si cambia mucho el trabajo, la competencia y la intensidad. Esa es una gran diferencia. Las condiciones de los jugadores se van haciendo con el tiempo. Yo mismo, cuando llegué a Vélez, no jugaba mucho. Recién empecé a jugar un tiempo después. Y mucho tiene que ver con el trabajo que hice.
-¿Seguís a San Martín y a tu hermano en el Torneo Federal B?
-Soy hincha de Vélez, pero tengo una historia con San Martín. Ahí crecí e iba a la cancha. Deseo que por el club y por mi hermano le vaya bien. Con Emmanuel hablamos mucho de fútbol. Ojalá pueda darse ese sueño de ascenso que tiene. Es un gran jugador.
-¿Y con tu papá charlan de fútbol? ¿Te aconseja?
-Hablamos mucho si, de fútbol y de como manejarme dentro de un vestuario, de cosas que también tienen que ver con lo que rodea al fútbol. Es muy claro y la verdad es que me ha ido muy bien hasta ahora.
Omar Vargas, papá de Matías: "Estoy feliz y creo que el techo se lo puede poner él"
Habla y se le llena la vista de emoción. Cuesta hablar de los hijos con objetividad y Omar Francisco Vargas, el feliz padre de Matías, intenta mantenerse centrado en su opinión. Intenta que los sentimientos no aparezcan en la charla, pero a veces es imposible.
“El día del debut estábamos con mi mujer muy nerviosos. Intenté ser el más centrado, pero la procesión iba por dentro. Es un salto importante el que ha dado. Estoy feliz y orgulloso por todo lo que hizo para llegar. El techo se lo pone solamente él”, cuenta.
“Ahora estoy manejando yo su carrera y trato de ponerme en un papel de sostener a todos. Cada vez que juega me llama y me pregunta. Hablamos mucho, pero a veces nos preocupamos más por como está y esas cosas”.
“Es más parecido a mí que Emmanuel, sobre todo en el pique corto. Sin embargo, es más participativo y dinámico a la hora de defender”, cierra.