El asesinato de Mariana Roby (45), la hermana del ministro de Salud Matías Roby, puso de manifiesto la desprotección a la que están sometidas las víctimas de violencia de género.
Sobre Marcelo Manino (46) pesaba una orden de alejamiento por violencia contra su mujer. Ella la había solicitado a su abogado el viernes pasado. Sin embargo, el hombre pudo entrar ayer a su trabajo en el hospital de día de Palmares y la mató de tres disparos, para luego suicidarse.
Ella quería separarse. Él no. Esto lo confirmó esta mañana el propio ministro, quien aseguró que tenía contacto diario con su hermana y que era la persona de máxima confianza dentro del hospital.
“Creo que esta es la crónica de una muerte anunciada”, afirmó Roby. Es que, a pesar de que estaba denunciado por violento, el hombre no podía ser detenido porque no había concretado ningún crimen. Tampoco existían (ni existen) medios en el Estado para comprobar que efectivamente no se acercara a Mariana.
“Cuando del otro lado tenés absoluto desequilibrio, la única condición que nada pasara era que a mi cuñado lo encerraran”, aseguró el ministro.
Pero era imposible para la Justicia. “Tenés que tener elementos para tomar una decisión de este tipo”, reconoció esta mañana en una entrevista en Radio Nihuil.
“Fue todo muy rápido. En el hospital tenemos botón antipánico. Sabían que había una situación conyugal delicada. Pero no hubo tiempo a nada”, contó.
Mariana, cuando vio entrar a Marcelo, le pidió que salieran del centro médico. De no haber sido así podría haber sido aún peor”, se lamentó Roby.
“Él estaba muy mal para haber hecho lo que hizo y haber dejado a tres chicos”.
“Me queda la tranquilidad de que por un lado, mi hermana ahora va a estar tranquila. No podés vivir escapándote. Hoy hubiera sido mejor –si uno hubiera podido elegir- que mi cuñado hubiera hecho lo que hizo con él, pero en la vida a veces uno no puede elegir. Las cosas se dan, hay que acomodarse y seguir mirando al frente”, afirmó el ministro.
Sobre los hijos de Mariana, de 18, 20 y 22 años, Roby detalló que se irán a vivir con uno de sus hermanos.
“Tengo un hermano más chico que hace años que vive solo. Mis padres murieron a los 54 y 56 años, lo criaron mis hermanas y nosotros. Él quiso quedarse a vivir en la casa de mis padres, se acostumbró a administrar la casa, él creció con mis sobrinos, así que el tema está resuelto”, afirmó. Y dijo que los chicos solo tendrán que preocuparse por terminar sus estudios, porque la familia se hará cargo de ellos.
Mariana será sepultada a las 15 en el Parque de Descanso, donde están los padres de los seis hermanos Roby.
En tanto, la familia Manino se hará cargo del entierro de Marcelo, el hombre que asesinó a Marcela y luego se quitó la vida.
Un caso típico de femicidio
Este femicidio seguido de suicidio repercutió en la cúpula del gobierno de Mendoza y hasta el gobernador Francisco Pérez y su esposa Celina fueron ayer hasta Palmares, donde Mariana fue asesinada a mediodía.
El viernes pasado, Mariana se reunió con su abogado para conseguir una orden de prohibición de acercamiento.
Pero ayer por la mañana Manino -conocido en el ámbito del motociclismo porque fue corredor de motocross durante los 80- fue a ver a su mujer a la clínica y estuvieron compartiendo un café -y una discusión- en un bar de Palmares.
Luego, volvieron a la clínica de Roby y la pareja bajó del primer piso hacia la planta baja por una escalera. Allí se inició una fuerte discusión que terminó cuando Manino sacó un revolver calibre 44 y disparó tres veces contra Mariana: una en el brazo, una en la cabeza y otra en el corazón. Luego se disparó en la boca y murió.
Los cuerpos del matrimonio quedaron en los primeros peldaños de la escalera que va de la planta baja al primer piso de la clínica, lugar donde, a esa hora, había muchos pacientes.
Toda la secuencia fue vista por un técnico que realiza las resonancias magnéticas. El hombre explicó también que la mujer accionó un botón de pánico antes de ser acribillada.
"Yo estaba saliendo del lugar y sentí los disparos. El técnico me contó que la pareja bajaba la escalera discutiendo. Ella le dijo: ‘No, no’, cuando él sacó el arma y le tiró tres veces y después se suicidó", contó un paciente que se atiende en el lugar.