“Este grupo siente mucho la camiseta. Tiene sed de revancha. Llegó el momento de dar el salto de calidad que la institución necesita. Arañamos el ascenso al Federal B en 2015 y a los dos meses, estábamos jugando la B de Mendoza. Fue un tobogán gigante. Pero, salimos adelante y ahora tenemos que demostrar que dejamos de ser un equipo promesa”.
Esas palabras corresponden a Matías Ligutti, el portero Azulgrana de 22 años, que se ganó la titularidad y terminó 2016 con la cinta de capitán en su brazo izquierdo.
“El Ligu”, un personaje adentro y afuera de la cancha. Por un pésimo informe arbitral a fines de 2015, fue sancionado con 20 fechas de suspensión. Sin embargo, pudo demostrar su inocencia y cuando llevaba 6 meses sin jugar, el Tribunal le levantó la pena y volvió a las canchas.
Jugó ante El Porvenir los últimos minutos del partido en que Talleres se consagró campeón de la Primera B en junio de 2016. Al respecto, opinó: “Fue muy duro. Lloré mucho. Pero, me aferré al club y a mis compañeros. No falté a ningún entrenamiento y tuve mi revancha. Terminé siendo el dueño del arco Azulgrana, mi segunda casa”.
Con respecto al plantel de Talleres que debuta el próximo domingo ante Chacras por la primera fecha del Apertura de la LMF, el “1” Cervecero, afirmó: “Seremos un equipo aguerrido. Presión alta y buen trato de balón. Zandanel, Sanfilippo y Mut, nos marcan el camino adentro y afuera de la cancha. Somos un equipo que ama la camiseta de Talleres y lo vamos a demostrar”.