Matías García llegó a Mendoza para cumplir su sueño de jugar en el club del que es hincha, Independiente Rivadavia, pero esa experiencia no fue para nada buena.
Es que el enganche llegó en el peor momento institucional del club y se tuvo que ir sin poder cobrar la deuda que la Lepra mantenía con él y por eso hoy está en juicio con la institución.
Esa falta de ingresos lo llevó a invertir sus ahorros en diferentes rubros para tratar de tener algunos réditos económicos, pero la mano seguía complicada hasta que apareció esta idea del fútbol-fusión.
“Todo surge de la crisis en la que caigo después de mi paso por Independiente Rivadavia. Estuve un año sin tener un ingreso y eso acarreó problemas financieros y familiares porque hice que mi mujer renuncie a su trabajo, se venga a Mendoza conmigo y encima estaba embarazada de ocho meses. La verdad es que la Lepra me dejó en la calle”, sentenció el Oveja.
El mal momento económico que estaba viviendo García no le impidió seguir detrás de ese sueño loco que tenía y hasta vendió sus cosas para poder poner en marcha el proyecto: “Imaginate que para poder arrancar con ésto tuve que vender un auto porque no tenía un peso, sólo tenía una idea. Hoy, gracias a Dios, puedo decir que esto está arrancado y espero que siga así”.