Lucas Matthysse liquidó a Roberto Ortiz con una izquierda precisa y se quedó con el triunfo por nocaut en el segundo round. En Cincinnati, el argentino dio cátedra y ahora espera por una nueva chance mundialista.
Apenas precisó de un abrir y cerrar de ojos para dejar en claro que le sobran credenciales para merecer una nueva chance mundialista. Lucas Matthysse (36-3-0-1sd, con 34 KO) no le dio ningún tipo de oportunidad al mexicano Roberto Ortiz y con un gancho al hígado se quedó con el triunfo por nocaut en el segundo asalto en la noche de Cincinnati.
Poco se puede analizar cuando un golpe certero quema todos los papeles que se habían juntado en la previa. “Lo agarré justo bien fuerte abajo, se hubiese parado antes si quería pelear”, picanteó Matthysse ya con el cinturón en su poder. Esta victoria, sumada a la que obtuvo en la guerra ante John Molina, hacen inevitable la generación de una nueva oportunidad por el título mundial de los superligeros tanto de la AMB como del CMB, que hoy están en poder de Danny García.
“Esta pelea no fue lo que me esperaba. Ahora quiero a Danny García, que no sea gallina, que me dé la revancha y deje de pelear con boxeadores de tercer o cuarto nivel”, tiró Lucas, quien todavía tiene presente aquella derrota contra el estadounidense. Después de esta apabullante presentación, ¿alguien se animará a chocar contra semejante Máquina?