En tiempos de pandemia, el Gobierno provincial decidió paralizar la avanzada obra de ampliación del Hospital Lagomaggiore y re distribuir esos recursos en efectores, insumos y reacondicionamiento. El Hospital Central y el Hospital Teodoro Schestakow en San Rafael, más cerca del corte de cinta, ganaron la pulseada en el destino de los pesos.
La faraónica obra que implicaba la construcción de más de 11.000 m2 cubiertos distribuidos en 5 edificios para la nueva maternidad del nosocomio contaba a octubre del año pasado, en pleno cronograma electoral, con más del 70% de avance. A cinco meses del anuncio, se decide paralizarla porque se le dio prioridad a otras obras sanitarias de menor escala o de porcentaje más accesible a la finalización y aun no se conoce cuándo se retomarán los trabajos.
Adjudicada a fines de 2017 a la UTE (Unión Transitoria de Empresas) conformada por Corporación del Sur y Laugero Construcciones, el 25 de noviembre del 2019 se firmó la prórroga del plazo de finalización de obra que se oficializó en enero de este año, a través del Decreto 10/2020 con la rúbrica del gobernador Rodolfo Suárez y por el ministro de Planificación e Infraestructura Pública, Mario Isgró.
En marzo, cuando el desembarco del coronavirus era un hecho, se suspendieron casi todas las actividades económicas y se salvaron las obras públicas sanitarias, pero la del nosocomio ubicado en el borde del parque General San Martín quedó afuera de la lista de prioridades.
"La situación de la obra es que le falta, de obra básica, casi un 30% para terminarse, más los adicionales y obras complementarias como la subestación transformadora para energizar el edificio, en donde los trámites se hacen con Edemsa y requerían un tiempo más. No se adecuaba el monto, que no teníamos, y el porcentaje de avance para incluirlo en las prioridades", explicó Jorge Simoni, subsecretario de Obra Pública.
Según confirmaron desde la UTE a Los Andes, los trabajos iban a terminar en tiempo en forma, pero rescatan la actitud del Gobierno de haber decidido paralizar la obra y no haberles permitido continuar sin cumplir con los pagos. "Fueron muy prudentes y fue un muy buen gesto de parte de ellos", reconocieron.
En diciembre del 2019, Simoni recorrió las obras y aseguraba que estaban en un 75% de avance y que iba a inaugurarse en el primer semestre de 2020. No obstante, el traspié del presupuesto que se aprobó sin roll-over modificó la hoja de ruta que luego terminó de modificarse con la pandemia, argumenta el funcionario.
El proyecto contemplaba el reacondicionamiento de las instalaciones que ya existen. Los espacios que se desocuparan, cuando se trasladara la maternidad al nuevo edificio, unos 10.000 m2, hubieran permitido expandir servicios que actualmente trabajan en lugares reducidos destacaban en octubre las autoridades del Lagomaggiore. Ahora, en plena pandemia, esos 10 mil metros cuadrados hubieran sido un buen aporte al sistema. Sin embargo, esto no fue suficiente para ganarse una porción del reducido presupuesto con el que cuenta la cartera.
"La partida se recortó, quedando un 30% y tuvimos que ver todas las obras que iban a ser necesarias relentizar, poder continuarlas a un porcentual de certificación mensual y darle continuidad. Con la pandemia hubo que direccionar los recursos que les faltaba para terminar a las que estaban en un 95% como el Central y el Schestakow pero que se podía habilitar todo el edificio en su totalidad", sostuvo Simoni.
Desde diciembre al 19 de marzo, día en que se oficializa la paralización, Simoni afirma que “el avance porcentual fue muy poquito porque se hizo una revisión completa del estado actual, ítem por ítem, y se calificó de nuevo la obra en función de presupuesto y la posibilidad de certificar. Destinamos los recursos a donde pudiéramos cumplir para garantizar el servicio de salud al 100%”.
Por eso, se decidió intervenir el nuevo edificio que tendrá la Suprema Corte de Justicia, en el Polo Judicial, para que en caso de necesitar espacio de aislamiento pudiera utilizarse ya que estaba en más del 90% de finalización.
No hay confirmaciones con respecto a la inauguración porque “depende de las posibilidades de recaudación que va teniendo la provincia, la condición cambia mes a mes”, agrega el subsecretario de Obra Pública y aclara que “es nuestro primer interés concluir las obras que quedan, de momento no existe esa posibilidad”.
El trabajo se debía terminar el 11 de mayo
Según consta en el Anexo del Decreto 10/2020, publicado el 21 de enero pasado, se prorrogaba el plazo de finalización de la nueva maternidad del Lagomaggiore. En ese anexo, de noviembre pasado, la UTE y el Gobierno formalizaban la prórroga de 8 meses a la fecha. A partir de ese momento, el plazo final se corría al 11 de mayo de este año.
En el convenio se aceptan los motivos por los que la empresa se demora en la finalización, entre los que se encuentran la falta de documentación fehaciente del recorrido de las instalaciones propias y de prestatarias, es que se debieron efectuar sondeos de cañerías para evitar roturas. También se produjeron demoras mayores a las previsibles en la aprobación de la documentación modificatoria del proyecto arquitectónico conjuntamente con las de instalaciones planteadas desde las autoridades del hospital.
Por estos, y otros motivos que constan en ese anexo, es que "la administración" (Dirección de Contratos y Obras Públicas del Ministerio de Economía, Infraestructura y Energía) acepta estos motivos y autoriza la prórroga, que se celebra con la firma de Isgró y Suárez, asumidos en el cargo con posterioridad. En enero se publica en el Boletín Oficial.
Claves
-No pasó el tamiz. El Hospital Central y el Schestakow estaban más avanzados y con menos dinero quedaban óptimos, según el ministerio de Planificación e Infraestructura Pública.
-En plazo. La UTE que ejecutaba la obra asegura que llegaban con los trabajos al 11 de mayo, según el plazo pedido.
-Sin roll-over no hay maternidad. Jorge Simoni, subsecretario de Obra Pública, justificó la decisión en la caída de la recaudación, el recorte de partidas producto de no contar con refinanciamiento de deuda y finalmente, por la demanda del COVID-19.