En la mañana de este miércoles, se encontró el cuerpo sin vida de un hombre que presentaba duros golpes en la cabeza.
Fue en los terrenos del ferrocarril que están entre las calles Perú y Barcala, del centro mendocino.
El descubrimiento fue hecho por un obrero del Metrotranvía, cuando en una recorrida habitual, a poco de la prolongación de calle Godoy Cruz, encontró el cadáver, tirado boca abajo entre rieles en desuso y abandonado vagones, pero que son utilizados por los sin techo para dormir.
Tras denunciar el hecho al 911, un móvil policial se hizo presente, dando inicio a la intervención de Científica, mientras que se le informó de lo ocurrido al fiscal de Homicidio Horacio Cadile.
Sin identificar
Si bien en principio el cuerpo no fue identificado se conoció que murió como consecuencia de, por lo menos, tres fuertes golpes. Según los peritos los impactos fueron hechos con algún elemento duro, como un palo, un hierro o una piedra, que le provocaron dos heridas en la parte posterior de la cabeza y una sobre la frente.
El ataque se habría cometido, de acuerdo a la rigidez cadavérica (rigor mortis en latín) en horas de la madrugada, es decir entre 5 ó 6 horas de encontrado el cuerpo.
Los investigadores que trabajaron en la escena, interrogaron a la gente que, en situación de calle, utiliza algunos de los vagones abandonados, para pernoctar o en alguno casos vivir "en familia", para conocer detalles de cómo ocurrieron los hechos, pero en general y como ocurre generalmente nadie aportó datos que permitieran orientar la investigación, más allá de la certeza con la que trabajan los peritos que se trató de un crimen, pero sin encontrar, hasta ahora, la razón.
Al cierre de esta edición solo habría quedado confirmado que el hombre, de entre 40 y 50 años, vivía o solía pasarpor ese lugar, donde encontró la muerte.
Las cámaras
Una de las posibilidades en las que se apoya la investigación es poder descubrir en las imágenes de las cámaras de seguridad (por lo menos hay dos en la esquina de Perú y Godoy Cruz), sobre la escena.
Tecnología a la que se le suma las cámaras que las duplas del “metrotranvia” tienen colocadas en el frente de la formación.