Un canto a la eficacia. Oportunismo puro. Demoledor en cada golpe. De esos que hacen daño y dejan nocaut al rival, en la lona y sin defensa para levantarse. Matador con todas las letras.
Guaymallén se vistió de noqueador, metió las piñas- dígase goles- que necesitaba y ahora mira su futuro con otros ojos. Con la ilusión de pelear arriba en búsqueda de la clasificación, algo que parecía inalcanzable hace algunas fechas atrás cuando el panorama era oscuro.
El equipo de Fredy Funes se encontró con un Luján frágil de mandíbula, y que nunca pudo sobreponerse a las estocadas lacerantes de la visita.
Ni de penal pudo el dueño de casa- gran tapada de Gómez a Ojeda cuando el encuentro estaba uno a cero-, en un tramo donde podría haber puesto el trámite con otra perspectiva.
¿Podía cambiar la historia si el defensor metía el penal? Puede ser, pero es un suposición y sólo sirve la realidad.
Y a esa altura el Cacique ya ganaba con el cabezazo de Benítez y se apoyaba en sus hombres más experimentados para controlar el desarrollo. Los Gómez mantenían el fondo casi sin sobresaltos, Marchetti y Prieto manejaban la pelota con inteligencia cuando la tenían en su pies, y el Tanque Giménez le tiraba a los pibes contrarios todo el oficio que le dan sus largos años en el fútbol y en otras categorías.
Con eso le alcanzaba al Tricolor para mandar y no complicarse ante el ímpetu de los chicos Granates, que pusieron mucho fervor pero escaso juego colectivo. Dellarole solo no pudo y le faltó compañía como para poder desequilibrar y modificar el panorama.
Si de dar golpes letales se habla, ni hablar cuando el optimista Martini liquidó el encuentro cuando se jugaba tiempo de descuento en la primera etapa .
El delantero picó con espacio, se llenó de confianza en su corrida, no se rindió ante el rebote de Tobar y terminó marcando la segunda conquista. Un gol natural de un atacante que no se da por vencido en ninguna acción de ataque.
Fue el “tiro” de gracia, lo que necesitaba Guaymallén para sentirse ganador por completo y exponer a la mínima expresión cualquier tipo de reacción del conjunto del Pollo Videla.
¿El resto? Estuvo de más. Más allá del mano a mano que Gómez le tapó al ingresado Rizzo, cuando amanecía el complemento.
Este choque ya tenía dueño desde hacía rato, desde aquellos gritos de Benítez y Martini.
Así está el Tricolor. Expectante y con la enorme ilusión de dar el salto grande.
Alfredo Funes: "El equipo tuvo actitud y para mí ganamos un partido de 6 puntos"
“Lo más importante era sumar por un montón de situaciones. El equipo puso lo que debía poner y creo que se trabajó bien con la pelota parada. Estoy más que conforme con el rendimiento de los jugadores. Nuestros goles fueron golpes difícil de asimilar para Luján, y lo fundamental es que sacamos un gran resultado. El trabajo táctico fue sin fisuras y por momentos pudimos manejar la pelota. La actitud también resultó fundamental para sacar adelante el partido.
Para mí son seis puntos los que ganamos, no tres. Nos acercamos en la tabla y no es mucha la diferencia la que nos llevan los equipos que están más arriba, en este torneo todo puede pasar porque es parejo. Ganando un par de partidos podés pelear por la clasificación, algo que debería haber ocurrido desde el principio. Este es un equipo con nombres importantes, y si los jugadores tienen confianza es más fácil”.
Increíble acto de la policía en pleno juego
Increíble, pero real. Mientras se jugaba el primer tiempo, y el árbitro Mostaccio estaba ordenando la ejecución de un tiro libre para Luján cerca de la mitad de la cancha, en el área comenzaron a los manotazos un hombre local y uno de Guaymallén. Dos policías vieron la acción y se metieron a separar, sin la autorización del juez, como si fuese un hecho que se da en plena calle. De no creer.