Dimitrov es un maestro

El búlgaro se quedó con el título más importante de su carrera, algo que lo ubicará entre los mejores del ránking mundial

Dimitrov es un maestro
Dimitrov es un maestro

El búlgaro Grigor Dimitrov celebró el título más importante de su carrera al vencer en la final del Masters de Londres al belga David Goffin por 7-5, 4-6 y 6-3, un resultado que lo catapulta definitivamente a la elite del tenis.

En un partido emotivo y muy parejo entre dos novatos en el torneo que reúne a los ocho mejores de la temporada, Dimitrov se impuso en 2 horas y 32 minutos de juego para ponerle el broche de oro al mejor año de su vida.

El talentoso búlgaro, de 26 años, se convirtió en el primer debutante en ganar el Masters desde que el español Alex Corretja, quien siguió el encuentro en la grada del O2 Arena, lo hiciera en 1998 en Hannover.

Además, lo consiguió de forma invicta, lo que le permitirá sumar 1.500 puntos en el ranking y embolsar un premio especial de 2,549 millones de dólares.

El jugador entrenado por el venezolano Dani Vallverdú terminará la temporada como tercero del ranking mundial por detrás del español Rafael Nadal y el suizo Roger Federer. Ganó cuatro títulos en el año, incluido el Masters 1000 de Cincinnati.

Pero sobre todo, culmina el 2017 con la satisfacción de haber dado finalmente el salto que tantas veces insinuó desde que fuera apodado como el "Baby Federer".

"Ojalá pueda expresar mis emociones", indicó Dimitrov en la ceremonia de premiación. "Es una semana especial, el circuito es espectacular, pero esta semana realmente es increíble", añadió el tenista búlgaro.

Goffin, por su parte, se quedó a las puertas del título tras una semana en la que dio el golpe al tumbar primero a un lesionado Nadal y después a Federer.

"Fue una semana fantástica y felicito a Grigor. Estuvimos solos en la cancha, pero los dos tenemos un gran equipo detrás. Fue una semana especial, con muchas emociones", comentó Goffin tras el encuentro en la capital inglesa.

Era la primera vez en la historia del torneo desde su primera edición en 1970 que dos debutantes jugaban una final y los nervios se sintieron en el comienzo, con tres quiebres en los primeros tres games, según un despacho de la agencia alemana DPA.

Lanzado tras su victoria sobre Federer en semifinales, Goffin comenzó sin embargo algo más suelto y tras lograr sendos quiebres con devoluciones ganadoras consiguió adelantarse 3-1.

Pero Dimitrov no se desesperó y poco a poco fue emparejando las acciones. El búlgaro mantuvo con esfuerzo su servicio y aprovechó después un game lleno de errores del belga para igualar 4-4.

Y cuando Goffin servía 5-6, se quedó con el parcial en un dramático duodécimo game de más de nueve minutos, en el que necesitó cinco set-points.

Tras un primer parcial lleno de quiebres, llegó un segundo capítulo algo más previsible. Cada uno se mantuvo firme hasta que Dimitrov tuvo su gran oportunidad en el sexto game.

El búlgaro dispuso de un punto de quiebre para colocarse 4-2, pero Goffin lo salvó espectacularmente con un revés que mordió la línea.

Dimitrov sintió el impacto en el siguiente game y Goffin aprovechó su oportunidad para quebrar y forzar el tercer capítulo.

El belga pudo haber dado un golpe de gracia en el inicio del tercer set, en el que dispuso de hasta cuatro oportunidades de quiebre. Pero Dimitrov las salvó y, tras varios intentos, logró quebrar al huidizo Goffin.

El belga hizo sufrir a Dimitrov hasta el final, pero el búlgaro logró sacar adelante el encuentro -algo en otra época tal vez no hubiera sucedido- para celebrar el título y confirmar que, ahora sí, ya es una de las nuevas estrellas del tenis.

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