Esposado, con la mirada perdida, llegó ayer a Tribunales Daniel "Sabon" Zalazar (30), el hombre imputado por el triple femicidio ocurrido en el barrio Trapiche el 23 de octubre.
Con custodia policial fue llevado hasta a una de las salas de audiencia del segundo piso donde se le dictó prisión preventiva, tal como se estimaba.
Salazar no dijo casi nada, recitó sus datos personajes y, llamativamente, sostuvo que no tiene mujer ni hijos.
El sospechoso está imputado por triple femicidio agravado criminis causa por los asesinatos de Lorena Arias (30), Marta Ortiz (45) -tía de la joven- y Silda Vicenta Díaz (90), abuela.
Además, tres tentativas de homicidio por los ataques contra los hijos de la mujer, entre ellos la bebé que tenían en común.
En relación a los pequeños, algunos parientes de las víctimas que presenciaron la audiencia indicaron que aún tienen miedo.
Ni siquiera hacía falta que el fiscal de Homicidios, Gustavo Pirrello, repasara la larga lista de pruebas que comprometen a Salazar en todos los delitos en que está implicado.
Es que Eduardo Annibaldi, defensor de Salazar, no se opuso al dictado de la prisión preventiva que realizó la jueza Érica Sánchez, quien subroga a Aníbal Crivelli.
El defensor solicitó que las pericias psiquiátricas realizadas por el Cuerpo Médico Forense fueran declaradas nulas, pero la jueza no aceptó.
Tales estudios indicaron que el hombre el hombre no es alienado mental y tiene el juicio crítico conservado (es imputable).
Hacia el final de la audiencia, la jueza indicó un plazo de 3 meses para terminar la investigación y, antes de dictar la prisión preventiva, hizo un breve repaso de las pruebas que comprometen al detenido. Una de ellas es la propia declaración del imputado.