Fue una masa colectiva

Y Huracán ascendió al Argentino B. Sí, así como lo observa, pero más allá de un análisis de fútbol del cual debería ser el inicio de esta nota, debí ir más allá para entender ese "fenómeno colectivo".
 
Y para eso se debió recurrir a Gustave Le Bon, donde describe el "alma colectiva" como: "El más singular de los fenómenos presentado por una masa psicológica ya que cualesquiera sean los individuos que la componga y por diversos o semejantes que puedan ser su género de vida, sus ocupaciones, su carácter o su inteligencia, el simple hecho de hallarse transformado en una multitud le dota de una psicología de 'alma colectiva'. Ese alma les hace sentir, pensar y obrar, de una manera especial". 

Es lo más cercano que se puede encontrar al fenómeno Huracán LH. Más de 9.000 personas fueron el motor de transformación de un equipo que iba perdiendo 2-0 en el primer tiempo. Que arrancó el segundo creando diez posibilidades claras de gol en 15' y sólo había convertido uno (Cámara a los 9'), lo que significaba no ascender. La hinchada se hizo sentir aún más. Llegó el gol de Rogel a los 25'. Fue el empate. A los 30' Cámara con su gol enloqueció a todos. Era el punto máximo de esa "alma colectiva" en su máxima expresión.

Tres minutos después, una fallida salida del arquero Narváez le dio la igualdad a San Martín de Merlo y todo Huracán sintió el golpe. Llegaron los penales y todo parecía desmoronarse una vez más cuando Lucero no definió y alargó el dramatismo, hasta que Fernando Cámara convirtiera el penal siendo el responsable de que esa "masa colectiva" terminara de explotar entre bengalas, papeles,  banderas, invasión masiva para una vuelta histórica de un Huracán que no es un equipo, ni una institución, ni un jugador, ni un hincha... es un fenómeno.