Referentes del sector inmobiliario aseguran que ha crecido en 20% y 30% la oferta de viñedos. Sin embargo las operaciones en el mercado rural son exiguas. Es que la baja o casi nula rentabilidad que ofrecen los viñedos genera pocas expectativas entre los inversores dispuestos a desembolsar dinero.
Según datos de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas, si se tiene un viñedo con uvas destinadas a la producción de blanco escurrido, en junio, para cubrir costos sin amortizaciones fue necesario producir 512,50 quintales por hectárea o vender el vino a $ 4,08 por litro. El rendimiento promedio es de 140 quintales y el vino hoy se comercializa a $ 1,70.
En tanto, para cubrir costos sin amortizaciones, para la producción de tinto genérico es necesario producir 299,47 quintales por hectárea o vender el vino a $ 5,38 por litro. Sin embargo, en el mercado de traslado el precio se ubica en $ 2,30 por litro.
Consultado sobre el mercado inmobiliario rural, Santiago Debé, indicó que “evidentemente con la situación que están atravesando las economías regionales: con un dólar atrasado, los productos del campo son muy difíciles de colocar en el exterior. Además, por ellos se están pagando precios bajos. Al que tiene un viñedo o monte frutal que no le ha sido rentable en los últimos años, lo ha puesto a la venta. En un año la oferta de propiedades ha aumentado 20%”.
Para Debé, la situación es aún más crítica ya que no sólo ha aumentado la oferta sino que han disminuido los precios. Para el agente inmobiliario, dependiendo de las zonas, los oferentes han debido bajar los valores de las propiedades con el fin de lograr un negocio que les cierre.
“En viñedos que no son de las zonas más requeridas, el precio ha caído10% pero a la hora de encontrar un comprador y con tal de poder vender, muchos terminan acordando el precio. Hoy los interesados en comprar son mendocinos, ya que los extranjeros dejaron de venir a comprar a Mendoza desde 2007 cuando las reglas del juego empezaron a cambiar drásticamente. Los inversores extranjeros prácticamente han desaparecido del negocio”.
En tanto, Gerardo Mateu, operador especializado en el mercado rural, describió una realidad similar. “La verdad es que no hay expectativas, porque está todo muy atado a la situación política del país, que actúa como un fusible. Según las noticias es el ánimo de los inversores. Por ende, suben o bajan las consultas. Creo que hasta que no hayan definiciones, el humor de los inversores no va a cambiar”.
Mateu aseguró que hay una mayor oferta de fincas que están en venta, pero los compradores también son muy pocos. En tanto, sobre los precios destacó que “los valores por hectárea en las zonas Premium incluso han mejorado la oferta, porque son exclusivos. Si hay demanda está enfocada en esos lugares. Incluso sigue siendo negocio comprar una viña implantada que hacerla de cero, pero en las zonas más marginales se han caído los precios. En el último año han estado en valor: viñedos que valían 50 mil dólares han bajado a 35 mil, lo que implica que es un 25%, 30% pero esto sucede en toda la Argentina”.