La audiencia del miércoles fue la más escandalosa para los ocho rugbiers detenidos por el asesinato de Fernando Báez Sosa (19). Acusaron a la fiscal Verónica Zamboni de ser una "mentirosa", dijeron no saber por qué están presos y que los demás reclusos quieren abusar de ellos. Pero uno de los jóvenes también hizo tiempo para dejar clara su queja por la estadía en el penal de Dolores.
Se trata de Luciano Pertossi, quien se hartó de esperar en la sala de audiencias porque fue el último en pasar y optó por no repetir los dichos de sus compañeros. Tras negarse a la indagatoria, contó que la pasa mal en la celda y que no le dan comida adecuada.
"Quiero dejar constancia que vine con la idea de declarar, pero estoy despierto desde las 5.30 de la madrugada, esposado desde las 5.30, llevo doce horas esposado con las manos atrás y diez horas tirado en el piso en la fiscalía, sin comer, me duele la cabeza, estoy aturdido", aseguró Pertossi, según consta en su negativa a prestarse a una declaración indagatoria.
Las palabras de Luciano Pertossi coinciden con la información que trascendió desde la cárcel. El menú cotidiano de los muchachos se conforma de pastas con carne al mediodía y carne con ensalada a la noche, además de té o mate cocido con galletitas. Si bien es la misma comida que se le da a los internos, no es la preferida de los jóvenes. Las viandas de familiares los jueves por la tarde resultan un alivio: "Cuando vienen las visitas les traen comida porque la del penal es un asco. No la pueden comer, la rechazan, la dejan de lado".
Por ahora eligen la "buena conducta": se juntan con los evangélicos y participan de charlas reflexivas con un pastor. Además tienen acceso a una biblioteca, donde hay revistas y hasta la Biblia. "Por momentos no caen en que están en una cárcel; pero por la noche, algunos lloran", aseguran desde la prisión. Frecuentemente, los detenidos son visitados por médicos y psicólogos del Servicio Penitenciario.
Pero estar apartados les trae más problemas: los presos están con recelo y los tienen amenazados. "A nosotros nos condenó la sociedad antes que cualquier otro juez o fiscal, nos condenaron los medios diciendo todo lo que supuestamente había pasado, ellos tenían los videos y nosotros nos enteramos por nuestras familias el día de visita ya privados de la libertad", expresó Máximo Thomsen, otro de los imputados como coautor del homicidio de Fernando, ocurrido en Villa Gesell el 18 de enero pasado.