Hoy se recuerda el Día Nacional de la Seguridad Vial. Esta fecha fue instaurada en el país a raíz de un curioso suceso. Es que este día, pero de 1945, se instrumentó el cambio de mano ya que hasta el momento se copiaba la usanza inglesa.
Esta medida fue implementada para disminuir el elevado número de accidentes que se producían en el país. El hecho coincidió con la generalización de la norma en la mayoría de los países del mundo. De hecho, en nuestra provincia, se pierden más vidas por siniestros viales que por violencia social, aunque esto último suele tener mayor difusión.
Hoy, casi 70 años después de ese día, la cantidad de accidentes y de fallecidos por tragedias viales no logra ser reducido, pese a los dedicados esfuerzos de diferentes organizaciones abocadas a combatir este flagelo que mata violentamente a los más jóvenes año a año.
Hugo Fiorens, coordinador de la ONG voluntarios en Red y miembro del desaparecido grupo de padres preventores, es uno de los protagonistas principales en la lucha a favor de la toma de conciencia. Es quien, además, lleva datos actualizados sobre la triste estadística que engrosa día a día.
A esta tarea de concientización, de manera paralela, se ha sumado Compromiso por Mendoza, un grupo de padres que perdieron a sus hijos en accidentes de tránsito y que intentan transmitir el horror de perder a un familiar de esta manera.
Datos que golpean
Según datos de la ONG "Luchemos por la Vida" en Argentina durante 2014 murieron 7.613 personas, lo que equivale a un promedio diario de 21 personas y un mensual de 634, incluyendo fallecidos en el hecho o, como consecuencia de él, hasta dentro de los 30 días posteriores de internación en los hospitales.
En Mendoza, según el Centro de Estadísticas de Voluntarios en Red, en el mismo período, fallecieron 240 personas en el lugar del hecho, no contemplando los fallecidos con posterioridad. En lo que va del año, empezando el sexto mes, ya han fallecido 106 personas, una cifra similar, para esta época, a los años 2012 y 2013.
“Para la atención y rehabilitación de los heridos, se estiman unas 12 mil personas anualmente en nuestra provincia. Son incidentes que dejan secuelas discapacitantes permanentes en muchos de ellos, desbordan la capacidad del sistema sanitario público y requiere erogaciones millonarias que difícilmente tengan recupero, afectando sensiblemente la atención normal de los servicios a otros sectores sociales”, clarificó Hugo Fiorens.
Las causas por las que estos números se mantienen es generada por el crecimiento poblacional, el incremento del parque automotor, la deficiente red vial, las normas difusas y su incumplimiento; la falta de autoridad y la carencia de educación vial en casi toda la sociedad, sumadas las omisiones, inconductas y desidias de todos los sectores involucrados.
“También confluyen a esta situación el escaso y deficiente servicio de transporte público. La falta de transparencia de los números que informa el Ministerio de Seguridad es un punto neurálgico para comprender la problemática y pensar en posibles políticas que permitan reducir las estadísticas”, estimó Fiorens.
Continuando con esta línea argumentativa, Fiorens explicó que si bien los barómetros de opinión evidencian que este tema no se encuentra entre las principales preocupaciones de la ciudadanía -en contraposición con la inseguridad social, la inflación, el desempleo y la vivienda, por ejemplo- las muertes por “incidentes viales” y las consecuencias físicas y post-traumáticas de sus heridos, familiares y amigos, superan significativamente a los hechos de inseguridad social.
“En 2014 en incidentes viales perdieron la vida 240 personas, y por violencia social 167. En los primeros 5 meses de este año fallecieron 100 personas en accidentes y 67 por violencia social. Los reclamos por seguridad social se hacen sentir mucho más fuerte en la vida cotidiana y los ciudadanos hemos aprendido a extremar medidas de seguridad, pero no hemos puesto la suficiente energía en comprometernos con la seguridad vial.
¿Será porque en este sentido, no somos capaces de asumir nuestras propias responsabilidades?”, se pregunta el coordinador de Voluntarios en red.
También agrega que las familias de las víctimas por la violencia vial rara vez encuentran respuestas judiciales, mientras que los llamados “asesinos al volante”, como los menciona, permanecen impunes.
Una prioridad dejada de lado
Tanto para Fiorens como para Compromiso por la vida, la educación es un componente que no debe ser dejado de lado y que debe dejarse de pensar que los accidentes son casualidades.
“Sabemos que es una tarea difícil y complicada. Tenemos que generar un cambio de conciencia”, dijo Alejandra Cubilla, miembro de “Compromiso...” y mamá de una de las adolescentes fallecidas en junio de 2011 en la calle Bandera de los Andes, donde otros cuatro adolescentes también murieron.
Para este grupo, lo importante es recorrer tres etapas. Una primera que consiste en hacerse conocer -de hecho una de las primeras acciones fue mostrarse con referentes y conocidos de Mendoza con carteles de seguridad vial en mano- y transmitir cinco puntos básicos que son: no beber manejando, no usar el teléfono celular, utilizar el cinturón de seguridad, cruzar por la senda peatonal y respetar las velocidades máximas.
“La segunda etapa es contactar a instituciones nacionales, como la Agencia Nacional de Seguridad Vial, para exigirles un cambio de leyes. Tercero hay que meterse con la educación, porque con talleres y cursos en primarios y secundarios esta situación puede cambiar", dijo Cubilla.
Al respecto de los encuentros con adolescentes, Cubilla explicó que han sido muy positivos porque “no es lo mismo que lo vean por televisión a que se los cuente un papá que pasó por esta situación terrible; se les nota en la cara el shock cuando les contamos cómo fue”.
Fiorens, por su parte, propuso plantear un proyecto de fondo para mejorar la calidad de la seguridad vial argentina, requiere un cambio de lógica que implique no sólo políticas públicas, sino también una sociedad involucrada. Sin dudas será necesario tiempo y decisiones fuertes.
“El argentino considera al accidente de tránsito un hecho fortuito. No tiene percepción del riesgo y por eso atribuye la posibilidad de un siniestro al azar, la suerte o el destino. El conductor siempre tiene una excusa para exceder la velocidad máxima permitida, pasar un semáforo en rojo o el sobrepaso en doble línea amarilla. Es oportuno decir también que, lamentablemente, le tememos más a una multa de tránsito grave, que al riesgo de morir o matar en nuestras calles y rutas”, detalló el especialista.
Para finalizar, explicó que en la seguridad vial hay tres elementos fundamentales que inciden de manera fundamental: la ingeniería (vehículos y rutas), la educación (el comportamiento humano) y el poder policial (la represión a los infractores).
“Pero también lo son reformar leyes, la inversión tecnológica y la mejora del transporte público para desalentar el uso privado de los vehículos. Una política de Estado exitosa debe, necesariamente, incluir todos estos elementos”, cerró.
Actos
A partir de las 12, en el monumento ubicado en el Acceso Este pasando el puente de hierro de Guaymallén, se realizará un acto por el Día de la Seguridad Vial. En ese lugar ocurrió la tragedia de 2011 en la que 5 chicos murieron.
El acto es organizado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), del Ministerio del Interior y Transporte de la Nación; la entidad Compromiso Vial por Mendoza, del Instituto Bicentenario de Políticas Públicas, y la Unidad Ejecutora de Seguridad Vial (UESV) de la Provincia. Simultáneamente, la ANSV realizará actos similares en: Ushuaia, Salta y Ciudad Autónoma de Buenos Aires.