Gracias a los indios que tiene en su plantel, Guaymallén está hecho un Cacique en Rodeo (de la Cruz) propio. Ayer ganó su segundo partido consecutivo en el Hugo Pedro Alastra, eliminó a un candidato como Huracán de San Rafael y se metió en la siguiente fase de la maratónica Copa Argentina 2014/2015, en la que enfrentará al ganador de Pacífico de General Alvear-Jorge Newbery de Villa Mercedes.
A Freddy Funes la apuesta le salió bien. Pensando en el derby del próximo domingo frente a Argentino, el técnico de Guaymallén apeló a la rotación y mechó en cancha un equipo joven, livianito y ofensivo que presionó sobre la salida del rival e intentó siempre asociarse por abajo, en un campo de juego en impecable estado.
Ojo, Huracán no comenzó mal. Los de Gerardo Gómez también apostaron por un equipo de “emergencia” que tuvo unos minutos iniciales con control de pelota y profundidad por los costados. De hecho, a los 5’, tras un córner de Daniel Agostinelli, Juan Amieva anticipó de cabeza en el primer palo y el balón se fue cerquita del arco defendido por el bueno de Gómez.
Pero el Globo se pinchó anímicamente tras el esguince de tobillo que sufrió el lateral izquierdo Hugo Oviedo. A partir de allí, inteligentemente, el Tricolor explotó esa zona de la cancha y comenzó a sacar rédito.
Allí por donde Maxi Osurak y Diego Pereyra comenzaron a trazar un surco. César Cáceres y el propio Osurak lo tuvieron en un par de oportunidades, pero no estuvieron finos.
Hasta que Franquito Moreno se inspiró, apiló dos rivales y abrió para Cáceres entrando al área grande. El Pichón fusiló a Videla, quien dio rebote y el mismo Moreno capturó el rebote para facturar de cabeza. Totalmente justo.
La victoria del Guayma era justificada. Mucho más después de que Osurak dibujó otro desborde por derecha y Victorio Martiní levantó increíblemente el derechazo.
En ese primer tiempo, los últimos veinte minutos del equipo de Alfredo Funes fueron para ponerlos en un marquito.
Con los atenuantes de ser visitante y haber apelado al recambio, Huracán era una sombra de ese equipo líder de la zona 17 del Federal B. Realmente propuso muy poco y dependió casi en exclusiva de la polenta de Amieva y de las atajadas de Iván Videla, único responsable de que el segundo gol no haya llegado mucho antes.
Y fue con la misma fórmula del primero. Cáceres desbordó por enésima vez, mandó el centro y Osurak la clavó junto al palo derecho.
El pueblo italiano recuperó la felicidad. Y se viene el clásico...