Una vez más, la violencia en Brasil empañó la fiesta del fútbol. En este caso, fue en la previa de la semifinal entre Botafogo y Peñarol por la Libertadores. Aficionados del club uruguayo y de instituciones brasileñas protagonizaron una batalla campal en las playas de Río de Janeiro, donde se supo a través de datos oficiales que se detuvo a más de 200 personas.
En imágenes y videos que rápidamente se hicieron virales en las redes sociales, se observó a hinchas arrojando piedras, sillas y otros objetos en la “Zona de Recreio”, generando caos en la vía pública. Los disturbios incluyeron el incendio de motos y un micro que trasladaba a los aficionados del Manya, por parte de un grupo de fanáticos de Botafogo, Flamengo y Fluminenese. Además, vendedores ambulantes fueron atacados, y varios de sus artículos, como carpas y reposeras, fueron saqueados para ser utilizados como proyectiles.
La policía de Río de Janeiro reprimió solamente a los aficionados uruguayos, utilizando balas de goma, gases lacrimógenos y bombas de estruendo para contener la situación, aunque la violencia dejó huella en las calles de la ciudad.
Este conflicto no fue el primero en desatarse en estos días, debido a que en la noche previa al duelo hinchas locales visitaron el hotel donde se concentró el elenco de Diego Alonso, y al intentar prender fuegos artificiales para no dejarlos descansar fueron repelidos por algunos uruguayos que estaban en el lugar.
El gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, confirmó que más de 200 personas fueron detenidas tras los hechos. En un mensaje a través de la red social X, Castro fue contundente al señalar que los responsables de los disturbios serían escoltados fuera de la ciudad: “El fútbol debe ser una celebración, no permitiremos actos de vandalismo y violencia”.
Esos incidentes no son nuevos en la ciudad, ya que, en otras ocasiones, como en la previa de la final de la Copa Libertadores entre Fluminense y Boca, también se registraron enfrentamientos entre aficionados y la policía.
Además, el último antecedente es la visita de esta semana de River al Atlético Mineiro, donde hinchas locales emboscaron a fanáticos Millonarios, les robaron las pertenencias y se pudo encontrar afiches intimidatorios por toda la ciudad, que rezaban “La muerte te espera”. Una verdadera locura.
Por su parte, los periodistas uruguayos les informaron a las personas que llegaron para estar con su equipo, que no vayan al punto de encuentro fijado para la concentración de hinchas de Peñarol. Además, recomiendan que el que pueda llegue por su cuenta, si es posible tres horas antes a la cancha y sin elementos que identifiquen que son de Peñarol.
Estos episodios de violencia continúan manchando la imagen del fútbol sudamericano, y generan miedo de cara al futuro. ¿Hasta dónde pueden escalar estas situaciones?