Minutos previos al inicio del encuentro entre Argentina y Ecuador, Messi, el capitán de la Selección formó en la punta de la hilera celeste y blanca, al lado de Dibu Martínez apenas los alinearon en el estadio Olímpico a la hora de los himnos.
Cuando sonó la canción creada por Vicente López y Planes y Blas Parera, el coro nacional le puso sus voces, con Messi abriendo bien grande la boca desde que los acordes le daban pie a la estrofa más cantada por los argentinos: “Sean eternos los laureles...”.
Será porque es largo -imaginen si en los parlantes sonara la versión original escrita en 1812 y con la melodía que Parera le agregó un año más tarde, la de “a sus plantas rendido un león”-, pero como el tiempo es tirano en el fútbol, suena una versión resumida, aunque emocionante sobre todo en el “oh juremos con gloria morir”.
Los 11 titulares, desde el “sean eternos...” cantaron con alma y vida. Ya lejos de la absurda polémica de si los futbolistas -Leo sobre todo- cantaban el Himno como hacían Los Pumas o no lo hacían.
Lo cierto es que lo cantaron y las redes se enamoraron del capitán argentino por haberlo hecho.