El micro de la delegación de River fue atacado a piedrazos por violentos hinchas de Colo-Colo, minutos antes del partido de ida por los cuartos de final de la Copa Libertadores en el estadio Monumental David Arellano de Santiago de Chile.
Por suerte, los impactos solo provocaron daños materiales en el vehículo que trasladó al plantel que conduce Marcelo Gallardo desde el hotel hasta la cancha. No hubo que lamentar heridos.
Los piedrazos volaron desde un estacionamiento contiguo a la zona del vestuario visitante, mientras agentes de seguridad locales observaban la situación con pasividad, sin interceder.
El maltrato a los visitantes (desde hinchas a planteles), en especial en etapas definitorias, es una triste costumbre que en la Copa Libertadores se sostiene desde los inicios.
El caso más emblemático fue el salvaje ataque al micro de Boca que suspendió y a posteriori mudó la final 2018 a Madrid, pero no son hechos aislados los problemas con los fanáticos que viajan (sin ir muy lejos, en la última definición en el Maracaná) o disturbios fuera de hoteles, por ejemplo.
En este caso particular, no pasó a mayores y River jugará el partido sin contratiempos, en busca de traerse un buen resultado desde Chile para definir la serie el martes próximo en el Monumental y meterse entre los cuatro mejores de América.