Cuando el pitazo final sonó en el estadio José Fierro de Tucumán, todo Independiente Rivadavia festejó un punto que tuvo sabor a triunfo. Sin dudas. Es que la remontada frente a Atlético, un rival directo, y el 2-2 definitivo inyectaron una buena dosis de confianza en un plantel que llegaba golpeado y afectado. La Lepra volvió a sumar y levantó el ánimo en la Copa de la Liga.
La caída de local ante Riestra dolió y muchísimo. Las 7 derrotas en fila también. Los promedios flacos en la tabla del descenso comenzaron a hacerse notar y la incertidumbre se apoderó de buena parte del Parque General San Martín. Pero fuera de casa llegó un empate con olor a más. Y es para destacar si se quieren dejar atrás todos esos puntos negativos para aspirar al objetivo único: la permanencia.
En la difícil provincia tucumana, el Azul se presentaba urgido, obligado, nervioso, sabiéndose en deuda con su gente. No era para menos. El fondo de la zona roja es muy cruel y uno quiere salir de ahí lo antes posible. Pero cuesta y mucho.
El primer tiempo de los de Martín Cicotello fue malo, decididamente. Otra vez, los errores defensivos aparecieron en su esplendor y provocaron los goles rivales. Con poco, el Decano ganó los espacios y sacó ventaja doble en lo que parecía ser un claro triunfo. Pero Independiente Rivadavia supo despertar a poco del final, para fortuna del DT.
En la segunda parte y tras sufrir en varias ocasiones (¡qué bueno es que quien ataja es Gonzalo Marinelli!), la Lepra supo pegar y a través de un golazo de Abecasis más un gran cabezazo de Prieto, la cosa terminó empatada y el elenco mendocino volvió a sumar un poroto en su lucha por no abandonar la máxima categoría, situación que se resolverá a fines de 2024.
Se destacan la reacción grupal en el complemento y la decisión de ir al frente para evitar lo que parecía un traspié asegurado, que hubiera provocado, además, movimientos en el vestuario. Esa actitud se tiene que sostener en el tiempo porque, acompañada de un sistema de juego que funcione, dará sus frutos.
Durante lo que va del certamen, la línea defensiva ha sido lo más preocupante. Ocho derrotas hacen de la Lepra el equipo que más veces cayó junto a Tigre. Seguir trabajando en defensa es crucial para perseguir la meta deseada y no morir en el intento.
Sabía Independiente que su periplo por la Primera división sería complicado. Y lo está viviendo fecha tras fecha. Ahora tiene que aprovechar este envión y regresar cuanto antes a la victoria. Frente a Banfield, en el Gargantini, se dará una buena posibilidad para lograrlo.