La mezcla de la emoción competitiva, la búsqueda de la gloria y la obtención de medallas contrasta con la rutina diaria de los atletas en la Villa Olímpica, donde las quejas sobre las instalaciones se hacen más frecuentes.
Las imágenes del nadador Thomas Ceccon ha intensificado aún más la polémica. El campeón olímpico y “rey de la espalda” fue visto durmiendo una siesta en un parque cercano a la Villa Olímpica, una escena inesperada para un atleta de su nivel.
Las primeras críticas vinieron a través del destacado nadador italiano: “En la Villa no hay aire acondicionado, hace calor, la comida es mala. Muchos atletas se mudan por esto. No es una excusa, es la pura crónica de lo que quizás no todos saben”, expresó el atleta.
Este episodio, tan simbólico, añade más morbo a la creciente lista de quejas sobre las condiciones en la Villa, donde la falta de aire acondicionado y las camas “antisexo” de cartón son solo algunos ejemplos. Además, la gastronomía local ha llegado a ocupar el primer lugar de los reclamos.
“No hay suficiente cantidad de algunos alimentos: huevos, pollo, ciertos carbohidratos… y luego está la calidad de la comida. A los atletas les están sirviendo carne cruda”, admitió Andy Anson, jefe de la Asociación Olímpica Británica.
La propia Simone Biles, atleta estadounidense y voz autorizada, opinó sobre el tema: “Bueno, creo que no podemos disfrutar de la verdadera comida francesa que se come fuera de la Villa Olímpica. La comida de los deportistas es más... saludable”