Hace 36 años (8 de julio de 1984) a Boca le tocó vivir una de las situaciones más particulares de su historia: por un paro de los jugadores profesionales, el xeneize presentó un equipo con juveniles y con camisetas que tenían dibujado los números con fibrón.
En ese equipo jugó un jóven Javier Franco, quien luego de que Boca lo dejara libre viajó a Mendoza y nunca más se fue. Este volante por derecha llegó al Atlético Argentino de la mano del “Pichón” Rodríguez que en ese momento jugaba en el “Boli”, después pasó a Huracán Las Heras para luego escribir sus mejores páginas en el Deportivo Maipú y Godoy Cruz, donde logró el ascenso al Nacional B.
Franco habló con Los Andes y contó lo que vivió en esa época en Boca: “Fue una época complicada y ese partido expuso la situación que se estaba viviendo en el club, después que se fue Diego Maradona. Yo vivía en La Candela (pensión de inferiores y concentración de Primera) y había noches que no teníamos para cenar... un día se rompió una bomba de agua y nos dijeron que nos teníamos que ir a otro lado porque no tenían plata para arreglarla. Así de mal estaba Boca”, confesó.
Sobre el partido con Atlanta y las camisetas, Franco contó: “Ese día ante Atlanta estaba en duda si el plantel de Primera se presentaba por la huelga, ya que a los jugadores se les debía casi un año de sueldos, y como en Boca estaban rematando todo, la gente de utilería llevó la indumentaria a La Candela”.
Pero también confesó una situación que podría haber cambiado la historia: “Cuando estábamos para jugar, el árbitro Juan Bava ordenó que Boca jugara con camiseta clara porque Atlanta tenía oscuras y las únicas que teníamos eran esas blancas que la usábamos para entrar en calor y ahí surgió lo de los fibrones. Si el árbitro hubiera dejado que jugáramos con la azul y amarilla, nadie hablaría de esta historia y nadie conocería lo que se estaba viviendo en el club”.
El volante que brilló en el Deportivo Maipú y Godoy Cruz, que se retiró sorpresivamente a los 31 años, contó cómo pasó esa mala época en Boca: “La gente de mi pueblo (Hughes, sur de Santa Fe, el mismo de “Nacho” Scocco) juntaba mercadería para que pudiéramos comer”.
También contó cómo fue jugar en ese Boca con tantas figuras: “En aquella época llegaron entrenadores como Carmelo Faraone, o el “Zurdo” López y traían 10 o 15 jugadores. Boca llegó a tener casi 50 jugadores profesionales (con contrato). A mí me dejaron libre y no tuve muchas chances de jugar porque ese Boca tenía grandes jugadores en el medio como el “Chino” Benítez, Pasucci, Abel Alves, Ariel Krasouski y no teníamos muchas chances de jugar. Por suerte después apareció Mendoza en mi vida”.
Hoy pasa sus días manejando una empresa dedicada al rubro gastronómico y añora (o no tanto) sus años de jugador.