El atleta jamaicano Carey McLeod se convirtió sin quererlo en uno de los protagonistas de la final de salto en largo de los Mundiales de Atletismo de Budapest.
Cuando fue a realizar su tercer salto, McLeod se impulsó pero su pie se deslizó lo justo para cambiar toda su postura corporal. De esta forma, su salto se convirtió en algo parecido a un vuelo que terminó con el deportista aterrizando de mala manera sobre sus brazos.
El poco ortodoxo aterrizaje, para colmo, provocó una lesión de tobillo que le impidió a McLeod volver a saltar en plenitud de condiciones, por lo que terminó rozando el bronce y tuvo que conformarse con la cuarta posición.
El griego Miltiadis Tentoglou, campeón olímpico en Tokio, añadió a su colección de títulos el oro mundial en longitud, dónde protagonizó un final espectacular con un último salto de 8.52 metros que le dio la victoria por delante del jamaicano Wayne Pinnock.