El arquero de la Selección Argentina, Emiliano Martínez, está en las principales portadas del mundo tras haber atajado tres penales frente a Colombia en la definición de semifinales de la Copa América, tapadas claves que llevaron a la albiceleste a la gran final frente a Brasil, el local.
Más allá del talento para adivinar la dirección de los disparos desde los doce pasos, Martínez es noticia porque aplicó una estrategia muy jugada -y hasta peligrosa- para desconcentrar a los ejecutantes en los segundos previos al tiro.
“Mirá que te como hermano”, “Lo siento, pero te como”, “A vos te conozco, no te hagás el boludo”, “Dale, cagón, hablaste en el entretiempo, mirame, mirame a la cara”, fueron las frases que retumbaron en todo Brasilia ante las cámaras del mundo.
Se trata de algo muy conocido en el básquet con el nombre de “Trash Talking”, o lenguaje basura, que hace referencia a comentarios y frases hirientes (y hasta insultos) que sirven para desconcentrar al rival.
La verborragia es utilizada desde siempre en el deporte, no es una novedad, el tema es que en el Mané Garrincha, sin público y con micrófonos por doquier, se escuchó absolutamente todo lo que dijeron los protagonistas.
Más allá de esto, la decisión del Dibu Martínez rozó el límite de lo permitido, ya que el reglamento de Conmebol no dice nada sobre no hablar, pero sí castiga la agresión verbal o el exceso en las palabras. Es decir, el árbitro Jesús Valenzuela bien pudo haberle mostrado la tarjeta roja.
En este punto, el reconocido exárbitro argentino Javier Castrilli publicó en su cuenta de Twitter un hilo en el que explica por qué Martínez debió haber sido expulsado.
Además de hablar en inglés por su estadía de 12 años en Inglaterra, Martínez también maneja el portugués, según se supo en las últimas horas. Ojo, Neymar...
