Rafael Jesús Bogdanowsky, el “Ruso” (aunque su nombre tiene raíces polacas) era un referí que tenía una bien ganada fama de duro por su fuerte personalidad, y que le mostró la roja a Maradona un jueves 14 de junio de 1979. Fue en un partido que Gimnasia y Esgrima, con un equipo reforzado, le ganó 3 a 1 a Argentinos Juniors en el Malvinas Argentinas.
Aquel histórico incidente quedó marcado a fuego en la memoria de Diego, quien en la página 42 de su autobiografía “Yo soy el Diego”, le dedica un par de párrafos al árbitro de “apellido difícil”.
En abril de 2004, Maradona ingresaba a la Clínica de Maternidad Suizo Argentina por “una crisis hipertensiva en un cuadro basal de miocardiopatía dilatada y posterior hipotensión arterial, que necesitó medicación y apoyo hemodinámico”. En consecuencia, durante esos días, Los Andes entrevistó al árbitro mendocino (fallecido más de diez años) que le sacó la roja a Diego y que pasaremos a reproducir a continuación.
“La mano venía mal barajada desde el principio porque a poco de comenzar el partido, Argentinos se negaban a firmar la planilla. Es que como estaba en plena disputa el Metropolitano y Argentinos peleaba nada menos que con River y Vélez, tenían miedo a perder a algún jugador, sobre todo a Maradona, claro”, recordó Bogdanowsky.
“Sin embargo -relata-, minutos antes del partido golpearon la puerta del vestuario. Eran Maradona, Nazar, Kolton y el vicepresidente de Argentinos Juniors, quienes me obsequiaron un balón autografiado por él y por todos los jugadores de Argentinos. Hasta ahí estaba todo bien... pero el problema empezó ni bien pité el inicio”.
-¿Qué pasó?
-En primer lugar, le confieso que en mis 21 años de referato, jamás dirigí gente tan mal educada. Me protestaron todo el partido desde el primer minuto y Maradona era el abanderado. Apenas lo tocaban, simulaba foul y se tiraba. Incluso en la primera jugada del partido, fue a disputar una pelota con Pascualetto, quien lo sacó con el hombro. Tuve el gesto de ir a tomarle la mano para levantarlo y me dijo: “¿Va a ser todo el partido así, la p... te p....” Y a pesar de que a Maradona, adentro de la cancha, yo lo consideraba un jugador igual que todos, me hice el distraído para no tener que echarlo al minuto y arruinar el espectáculo. Yo le contestaba con respeto: “Levántese señor, juegue”. No tengo dudas de que si era por los puntos, lo expulsaba al minuto.
-¿Cómo consideraba a aquel incipiente Diego?
-Como lo que era, un verdadero ídolo. No cabe ninguna duda que fue y será el mejor porque no habrá otro igual. Yo lo vi jugar bien de cerca y, a pesar de lo atorrante que era, parecía que tenía un imán en cada pie. Eso fuera de la cancha, pero adentro, lo consideré como un jugador más. Por eso lo expulsé, correctamente, y aunque haya sido quizá el fallo más polémico de mi vida arbitral, no me arrepiento de nada. Hice todo lo posible por salvarlo, incluso en el entretiempo llamé al vicepresidente de Argentinos y le dije que si no se calmaba lo iba a tener que expulsar. Y así fue.
-¿Se le cayó un ídolo?
-No, para nada. A Diego no le guardo ningún rencor. Lo tuve que expulsar con todo el dolor del alma. Porque yo quería salir de la cancha abrazado con él y agradecerle por la pelota que me había obsequiado, que iba a ser para mi hijo Pablo, un maradoniano hasta la médula.
-¿Y si lo venía aguantando, por qué decidió expulsarlo?
-Porque no daba más. No tenía más motivos para salvarlo. Gimnasia ganaba 3 a 1 y a 10 minutos del final Maradona cayó en el área chica sin que existiera falta. Y ahí fue donde volvió a reclamarme. Me decía: “Es penal, mendocino, cobrá el penal”. Como no lo cobré, se burló, me corrió hasta la mitad de la cancha y aplaudió a mis espaldas. Estaba enfurecido. No paraba de insultarme y protestar. Ahí me di vuelta, le dije: “Hasta acá, señor”, y le mostré la roja.
-¿Cómo reaccionó Diego?
-Me dijo de todo, unas palabras que recuerdo patente y aún hoy me siguen causando mucha gracia. Me dijo: “Seguí laburando, la p... que te p...., por 300 pesos que yo gano 30.000”. “Está bien, señor, lo felicito, pero por favor, retírese”, le contesté.
-Me imagino la polémica que se armó después...
-Sí, apenas terminó el partido, entrando al camarín, apareció un dirigente de AFA, se presentó y me preguntó: “¿Por qué echó a Maradona?” Y le contesté: “Perdóneme, pero si usted es de la AFA mejor que nadie debe saber que el informe primero va al Tribunal de Penas y después se dará a publicidad”. publicidad”. “No -me dijo- porque si usted lo expulsó porque lo insultó, no se da una idea cómo se insultan a los árbitros en Buenos Aires”. Entonces, me paré y le dije: “Perdóneme señor, eso será en Buenos Aires, pero no acá”.
-¿Y qué le dijo a su hijo?
-Mire, cada vez que me acuerdo, lloro ... (se emociona hasta las lágrimas). Nunca me voy a olvidar. Mi hijo Pablo, que ahora es abogado, tenía siete u ocho años. Me esperó, me abrió la puerta y me dijo: “¡Qué hiciste, papá!, ¡Cómo lo vas a echar a Maradona!, ¡Vos no sos mi padre, no te quiero más!. ¿Sabe cuántos días estuvo sin comer en la mesa? Más de 15 días, no me hablaba, no me miraba.... Luego, con el tiempo, entendió.
Bogdanowsky no fue el primero en expulsar a Maradona como profesional. Antes de esto, Diego había visto la roja en dos ocasiones (8/12/77 y 29/4/79).
TEXTUAL DE DIEGO EN SU LIBRO
“Típico: el referí quiso hacerse la figura”
En Yo soy el Diego de la gente, la autobiografía transcripta por los periodistas Daniel Arcucci y Ernesto Cherquis Bialo que Diego Armando Maradona lanzó al mercado con bombos y platillos en octubre de 2001, el Diez le dedica un tramo significativo a la expulsión que sufrió en nuestra provincia. Y si bien no recuerda el nombre de Bogdanowsky, el árbitro que lo expulsó, se acuerda con lujo de detalles que se perdió un partido clave para Argentinos. Dice Diego: “En el Metro ’79, donde hice 22 goles junto a Sergio Elio Fortunato, fuimos segundos con Vélez y tuvimos que ir a un desempate. Fue la primera vez que tuve que ver una definición de Argentinos desde afuera y, lamentablemente, no sería la última. La cosa fue así: en aquella época nos contrataban de todos lados, y durante la semana íbamos a jugar miles de partidos amistosos. Todos nos querían ver. Viajamos a Mendoza, a jugar contra Gimnasia, en el estadio mundialista. Todo bien hasta que, como sucede en estos casos, el referí quiso hacerse la figura...
Típico... Ni me acuerdo cómo se llamaba, un nombre difícil tenía. La cosa es que terminó echándome y en el informe mandó que yo le había dicho: “A ver si cobrás bien, mendocino” y también: “Seguí laburando por 30 palos que yo gano 3.000 por mes”. Más allá del disparate que es recordar lo que valía la plata en aquel momento, hay algo todavía peor: el partido fue a mediados de junio, el 14, y la AFA me suspendió ¡dos semanas después! Fue el 5 de julio, me acuerdo, y me perdí varios partidos y también por supuesto el desempate con Vélez: perdimos 4 a 0″.
Comentario y síntesis del partido polémico
Ya lo dijo Diego en su libro. Argentinos Juniors era la verdadera sensación de aquel Metropolitano, que animaba la zona A, luchando palo a palo en la cima con River y Vélez. Por eso, los servicios de los “Globetrotters” de la Paternal eran requeridos desde todos los puntos del país. El 14 de junio de 1979 le tocó el turno a Mendoza. Argentinos, que el domingo siguiente debía enfrentar a Newell ‘s Old Boys en Rosario por la fecha del Metro (empató 1-1 con gol de Maradona, claro), llegó a Mendoza horas antes del partido. El vuelo de Aerolíneas arribó a las 8.10 y el plantel dirigido por Delem se hospedó en el hotel Aconcagua, en calle San Lorenzo de Capital, hasta horas antes del partido, previsto para las 16. A pesar de la rutilante presencia del mejor jugador del mundo, el público mendocino mostró desinterés. No hubo mucho público en el Malvinas Argentinas, pero sí un lindo partido en el que, según la crónica de Los Andes de la época, el talento de Maradona apareció en cuentagotas. Hasta la polémica expulsión, a los 35 ' del segundo tiempo, el genio había aparecido gravitante sólo para ponerle el pase gol a Rafael Moreno, y en otra jugada con su sello: apilando gente y cediéndole la posibilidad del segundo grito o a un Favret que no pudo definir. Gimnasia, con un equipo reforzado con jugadores de Godoy Cruz, Talleres e Independiente, fue superior. Dio vuelta el resultado y escribió otra rica página en su historia.
Gimnasia (3):
José Alberto Pérez
Jorge Montivero
Angel M. Badía (cap)
Miguel A. Pascualetto
Julio Omar Pedernera
Roberto Isidoro Medina
Guillermo A. Herrera
José Daniel Ponce
Jorge Alberto Funes
Orlando E. Genolet
Hermes Obdulio Turatti
DT: Carlos Radrizzi
Argentinos Juniors (1)
Carlos Riganti
Carlos José Carrizo
Ricardo Pellerano
Eduardo Chiacho
Humberto Minutti (cap.)
Juan Gauna
Rubén Ríos
Diego A. Maradona
Rubén Favret
Rafael Domingo Moreno
Héctor Arrieta
DT: Delem
Cancha: Malvinas Argentinas.
Goles: PT; 6′ Moreno (A), 20′ Genolet (G) y 28′ Medina (G). ST; 43′ Muñoz (G).
Cambios: En Gimnasia: Oscar Pérez por Pedernera, Raúl Rogel por Medina y Raúl Muñoz por Funes. En Argentinos: Abelardo Caravella por Carrizo y Daniel García por Favret.
Árbitro: Rafael Jesús Bogdanowsky.