“El Pity Martínez que loco que está”, cantó masivamente la hinchada de River luego de la victoria por 2-1 frente a Boca el 23 de septiembre del 2018. Aquella tarde en La Bombonera el volante había convertido un golazo de volea para abrir el marcador y empezó a meterse, de a poquito, en el corazón de los hinchas. Y ahora que una nueva edición del Superclásico asoma a la vuelta de la esquina, el oriundo de Guaymallén quiere hacer todo lo posible para poder jugar un rato.
El futbolista tiene el deseo de regresar a las canchas en el duelo de la fecha 7, denominada coloquialmente como “la de los clásicos”. Aunque la AFA todavía no definió un día concreto tras el pedido de la Cámara Electoral de que no se juegue el domingo 1 de octubre por el debate presidencial, se estima que podría jugarse ese mismo día en las primeras horas de la tarde o el lunes 2. De esta forma, solo le quedan 13 días para recuperarse completamente de su lesión, a pesar de que ya recibió el alta médica del Instituto Cugat durante su viaje a España en agosto.
Otro problema que se le presenta al Pity es la larga inactividad. El enganche no juega oficialmente desde febrero de este año, momento en el que sufrió una rotura del ligamento colateral externo de la rodilla izquierda durante el encuentro entre el Al-Nassr, el equipo en el que estaba antes de su llegada al Millonario, y Al-Taawon.
Pese a que volvió a entrenarse a la par del plantel semanas atrás, no es lo mismo saltar a la cancha por primera vez en un partido de tal magnitud que hacerlo en un amistoso como el que tuvo River ante Universidad Católica, donde sumó minutos Bruno Zuculini, otro volante que venía de atravesar una dura lesión ligamentaria que lo marginó del campo de juego por varios meses.