El arquero es la pieza fundamental de cualquier equipo de fútbol y los clubes descansan en la seguridad que dan bajo los tres palos. Pero hay clubes que apuestan a guardametas surgidos de las divisiones inferiores y hay otros que “van a lo seguro” y traen gente con experiencia.
La historia de hoy es sobre Independiente Rivadavia y la gran cantidad de años que lleva sin sacar un arquero surgido de sus divisiones menores. El gran referente en ese puesto fue Ernesto Gregorio Garín (debutó en 1974), el último mendocino en hacerse cargo del arco leproso allá por la temporada 92-93 donde los azules se consagraron campeones. Desde ese momento pasaron 27 años sin que un mendocino “de la casa” se ubique firme y con constancia en el equipo titular.
Dirigencias que no apostaron a lo local
Desde hace casi 50 años que Independiente Rivadavia decidió apostar por goleros de afuera, ya que no encontraban chicos del club para que se pongan la "1″. Hasta el propio “Gato” Garín tuvo que pelear con foráneos para quedarse con el arco azul. Seguramente en estas más de cuatro décadas hubo arqueros que estuvieron en los diferentes planteles, pero ninguno se pudo afianzar, salvo el caso de Garín.
Otro que tuvo su chance de defender el arco leproso fue Luis Torres, quien justamente reemplazó a Garín cuando este pasó a Gimnasia.
Después de 1993, última temporada de Garín en la Lepra, el salto generacional nos traslada hasta el 2005, cuando con 15 años Emir Basabe llega al Parque proveniente de Laverriere.
El “Pochi” arribó de la mano de Jorge Griffa y fue la gran apuesta del entrenador de arqueros de aquella época: el mismísimo Ernesto Garín. Lamentablemente Basabe sólo tuvo la chance de jugar ¡un partido en 8 años!
Arqueros de afuera que fueron adoptados como propios
A pesar de no tener en Primera arqueros formados en el club, Independiente contó con grandes referentes en ese difícil puesto, algo que dura hasta el día de hoy con Cristian Aracena, quien se formó en Godoy Cruz y hoy es capitán e ídolo de la Lepra.
Pero en la retina de los fanáticos azules hay otros nombres que se relacionan con momentos claves de la historia nueva: Jorge “Flaco” Vivaldo (pieza fundamental en el ascenso a la Primera Nacional del 2007), Walter “Gorrión” Bernabé (figura en el ascenso de 1999 con el “Turco” García), Josué Ayala (fue el arquero del equipo que se salvó del descenso en el 2011 ante Defensores de Belgrano), César Monasterio (fue un pilar en el equipo de Luis Blanco), Nahuel “Patón” Guzmán, Alejandro De la Riba (suplente de Vivaldo, trabajó como coordinador de inferiores en la Lepra), Gaspar Servio (le hizo un gol a Gimnasia en un clásico), entro otros nombres.
Garín: “Entrené duro porque jugar en Independiente era mi sueño”
De más está decir que Ernesto Garín es el máximo referente en el arco de la Lepra, pero en sus comienzos también la tuvo complicada, ya que tuvo que disputar la titularidad con jugadores de experiencia que venían, generalmente, desde Buenos Aires.
“Cuando yo arranqué estaba Héctor Cabaleiro como titular, pero nunca me sentí menos que nadie y entrené muy duro porque jugar en Independiente era mi sueño”, aseguró el Gato, quien hoy trabaja como entrenador de arqueros en el staff de Marcelo Straccia.
Y agregó: “Dios quiera que pueda encontrar y formar a un arquero de las inferiores para que sea titular en el futuro”.
“En mí época no existía el entrenador del arqueros y, para colmo, el físico no me ayudaba porque pesaba 67 kilos, así que mataba entrenando para mejorar”, contó.
Según Garín, a las dirigencias que pasaron por el club no les convenía trabajar con los chicos: “Debe ser por un tema de formación, a los dirigentes les convenía traer gente de afuera antes que trabajar con las inferiores”.
El “Gato” resaltó el trabajo que se hizo con Jorge Griffa en las categorías formativas: “Cuando vino Griffa las seis divisiones de categorías menores salieron campeonas y buscamos chicos en toda la provincia, así llegaron Ezequiel Pérez, Alfio Lorenzo, Matías Banco, Daniel Cabaña, Matías Villarreal, Lucas Allosa, Gustavo Blanco Leschuck. En esa época también llegaron dos arqueros con futuro: Germán Vouilloud y Emir Basabe, quien era mi gran apuesta pero nunca le dieron una oportunidad”.
Una de las recetas que tiene Garín es emplear algo que ya hicieron con el maestro rosarino: “Hay que salir a buscar en toda la provincia y Cuyo y formar arqueros para Primera Nacional, tienen que medir de un 1,80 para arriba. Esta nueva dirigencia tiene como prioridad acomodar el fútbol profesional y después trabajarán firme en las inferiores”.
Uno de los clubes de Mendoza que mejor trabajó con las inferiores fue Godoy Cruz Antonio Tomba y Garín fue parte de ese proceso, algo que le sirvió para aprender y para aplicar luego en la Lepra: “Mario Contreras me llevó a Godoy Cruz para entrenar a los arqueros y tuve la suerte de trabajar con Diego Pozo, Sebastián Torrico, Nelson Ibáñez y el “Pity” Aracena. Con esa camada el club tuvo arqueros por más de 10 años. Ese es el modelo a seguir”.
Torres, el “reemplazante” de Garín
Luis Torres irrumpió en Independiente Rivadavia y se ganó su lugar a puro esfuerzo, ya que también le tocó competir con Enzo Galimberti.
El “Peluquero” fue titular durante dos años a finales de los 80 y principios de los 90 y también contó su experiencia: “Yo hice todas las inferiores en Independiente hasta que debuté y pude darme el lujo de ser el arquero durante casi tres años, pero tuve la suerte de tener gente grande que me ayudó y también hubo técnicos de la casa como Lalo Bazán y Pancho Ontiveros que se la jugaron por mí”.
También recordó el esfuerzo que tenía que hacer por las limitaciones que había: “En aquellos años no teníamos entrenadores de arqueros, por eso yo que quedaba viendo cómo entrenaba el “Gato” Garín para aprender más. El tema es que si no trabajás bien en inferiores, no hay forma de obtener resultados. Hace siete años que estoy trabajando en Academia Chacras y hace poco Gimnasia se llevó tres arqueritos que darán que hablar en el futuro, así es la forma, captando jóvenes”.
Y dejó una frase que pinta de pies a cabeza a la Lepra: “Independiente es un club que te exige resultados rápidos, no te espera”.
La historia del joven Emir Basabe: un partido oficial en 8 años
Emir Basabe llegó con 15 años a la Lepra proveniente de Laverriere y formó parte de diferentes planteles, pero ningún cuerpo técnico se la jugó por darle la chance de ser el arquero titular.
El “Pochi” sólo jugó un partido oficial en 8 años, algo que lo obligó a buscar nuevos horizontes, ya que no veía chances de atajar en el azul.
“Un domingo de 2004 a las 8 de la mañana jugamos con Laverriere ante Independiente y perdimos 8-0, después del partido me agarró el hijo de Griffa y me dijo si quería ir a probarme a la Lepra. Fui y el “Gato” (Garín) me dijo que me iba a quedar. Así que el 25 de enero de 2005 volví y me quedé ocho años en el club”, cuenta Basabe.
“El único partido oficial que jugué fue contra Instituto en la última fecha del torneo 2011 porque el cuerpo técnico había decidido guardar los titulares para jugar la Promoción con Defensores de Belgrano”, cuenta “Pochi”.
Según Basabe, Independiente siempre apuntó a tener un gran equipo pero nunca apostó a las inferiores: “Me tocó la mejor etapa en lo económico, pero la peor en lo dirigencial. Es que en Independiente se apuntaba mucho al plantel superior, se pagaban sueldos superiores a equipos de Primera. Había chicos de Godoy Cruz, con contrato de Primera que cobraban viáticos y yo, que también tenía contrato, cobraba mucho más que ellos”, cuenta.
También habló con tristeza de lo que pasó después que se fuera Jorge Griffa: “El trabajo de Griffa en inferiores fue extraordinario, fuimos campeones en todas las categorías, pero no hubo una continuidad y se perdieron camadas muy importantes”.
Y continuó: “Si bien hubo grandes jugadores en el plantel superior, las inferiores tenían muchas limitaciones, además había muchos arreglos con representantes o empresarios. Había mucho manoseo con los más chicos”.
“A mí me tocó compartir plantel con Vivaldo, Guzmán, De la Riba y el “Mono” Guirado, pero siempre fui la tercera opción”.
“Duele decirlo, pero Independiente nunca tuvo a una persona como Daniel Oldrá en el club. Una persona así podría haber hecho otra cosa en inferiores”.
Godoy Cruz y Gimnasia dejan expuesta a la Lepra bajo los tres palos
Los presentes de Godoy Cruz y Gimnasia dejan al desnudo el flojo trabajo de Independiente en cuanto a los arqueros de sus divisiones inferiores.
Es que el Tomba tiene en su plantel a tres goleros que surgieron de las etapas formativas: Nelson Ibáñez, Roberto Ramírez y Juan Cruz Bolado, pero desde hace años viene trabajando en ese puesto.
Bajo los tres palos también salieron Diego Pozo (llegó a la Selección Argentina), Sebastián Moyano, formó a Sebastián Torrico y hasta el mismo Cristian Aracena, quien hoy es el capitán “Leproso”.
Por el lado del Lobo, la dirigencia y el cuerpo técnico le dieron la confianza a Tomás Marchiori para que se haga dueño del arco. Y cumplió con creces, al punto que está cerca de irse a Atlético Tucumán.
Lejos de ir a buscar un refuerzo en ese puesto, Diego Pozo (vaya coincidencia) acordó con la dirigencia que le darán la confianza a Tomás Giménez, otro producto de las inferiores mensanas, mientras que Alejo Tello quedaría como el suplente para jugar en la primera Nacional.
Emnauel Cirrincione, el arquero juvenil de la Lepra que espera su chance
Regresando al universo azul, hoy es Emanuel Cirrincione el valor de las inferiores que más cerca está de llegar al arco. Tiene 23 años y es oriundo de Rivadavia. Forma parte del staff de guardametas que lidera Aracena, el indiscutido titular.