No pudo, la Juventus. No pudo como en la Champions, pero ahora ante un rival decididamente inferior que pelea por no irse al descenso. Torino le sacó mucho más que un empate en el Derby della Mole: también buena parte de las posibilidades que le quedaban a la Vecchia Signora de aspirar al título de la Serie A y de estirar a 10 los Scudettos consecutivos.
Estaba todo dado para que la Juve se impusiera fácil en el clásico. Tan sólo 13 minutos después de que se iniciara el juego ya estaba arriba en el marcador gracias a un zurdazo cruzado de Chiesa, que había tenido una chance para marcar antes de convertir el gol que adelantó al equipo de Pirlo. La visita era notablemente superior, manejaba la pelota y, con transiciones rápidas, complicaba a un Torino que, sabiéndose inferior desde lo futbolístico, apostaba a salir rápido de contra.
Ansaldi era de lo más interesante en el local. Por su sector, el izquierdo, Torino lograba romper el cerco defensivo de la Juventus y posicionar a alguno de los delanteros o mediocampistas en condición de remate. Justamente así se gestó el empate, con un disparo de media distancia que el arquero polaco Szczęsny tapó pero sin poder evitar dar el rebote que aprovechó Sanabria para cabecear el gol con el arco vencido.
Fue pobre lo de Cristiano Ronaldo. Casi no apareció en el primer tiempo, y en el segundo lo hizo a cuenta gotas. Demasiado poco para un futbolista del que siempre se espera más. Tal vez le haya afectado el horror defensivo del sueco Kulusevski, que invitó a Torino a que le diera vuelta el resultado: su pase atrás, comprometedor para todo el equipo, fue interceptado por Sanabria, que encaró y de zurda, y con ayuda mediante del arquero, de floja respuesta ante un remate al primer palo, marcó el segundo de su equipo.
Parecía que después de casi seis años se lo llevaba Torino. Que iba a romper la extensa racha sin victorias contra la Juventus que acumulaba desde abril de 2015, cuando lo venció por última vez dándole vuelta el resultado e imponiéndose por 2-1 como visitante en el Allianz Stadium. Pero no. Cristiano Ronaldo lo impidió. A diez minutos del final, apareció el hombre que tenía que aparecer y, con un cabezazo primero anulado por un supuesto offside y luego convalidado a instancias del VAR, marcó la igualdad que le puso cifras definitivas al encuentro.
Claro que el empate le dejó sabor a poco a la Juventus, que empieza a despedirse también de la Serie A que tiene al Inter como líder y gran candidato a quedarse con el título. Por eso se fue cabizbajo Ronaldo. Por eso festeja Torino...
