El arco de Boca no es para cualquiera. Son pocos quienes se hicieron un lugar en la historia grande del club bajo los tres palos. Y no es para menos. Siempre el Xeneize tuvo un arquero “salvador” de acuerdo a las circunstancias de un partido o una definición. Pasaron figuras imponentes, desde Américo Tesorieri, Antonio Roma, Hugo Orlando Gatti, Carlos Fernando Navarro Montoya, Óscar Córdoba y Roberto Abbondanzieri. Más acá en el tiempo, elogiados también por características parecidas a los últimos tres, la de atajador de penales: Agustín Orión, Agustín Rossi y ahora, Sergio Romero.
“Chiquito” ha demostrado en su carrera que es infalible en un mano a mano desde los 12 pasos. Fue determinante para que Boca Juniors se encuentre en las semifinales de la actual Copa Libertadores, donde su equipo enfrentará a Palmeiras, en una eliminatoria donde no hay favoritos. La serie está pactada para el jueves 28 del corriente en La Bombonera (ida) y el jueves 5 de octubre en el Allianz Parque de Brasil (vuelta), ambos encuentros desde las 21.30.
Romero, tuvo su primera gran actuación en la llave de octavos de la Copa 2023 contra Nacional de Montevideo, donde después de un empate que él mismo se responsabilizó por no poder despejar una pelota y le quedó servida a Juan Ramírez para el 2-2, desde los 12 pasos se hizo “gigante” al contener los remates del propio Ramírez y luego, del colombiano Daniel Bocanegra. Pero también atajó dos ejecuciones en los cuartos de final contra Racing Club, a Gonzalo Piovi y Leonardo Sigali, para que Boca se cite con el Verdao.
“Decidí ir hacia donde él se sentía fuerte (Leo Sigali). Si me quedaba parado, nos íbamos a mirar los tres y decirnos: ¿para qué cambiamos si la tendencia iba a la derecha? Entonces decidí ir a la derecha y cuando lo atajé, vino (Fernando) Gayoso, el entrenador de arqueros y me dijo menos mal que te tiraste a la derecha”, detalló “Chiquito” Romero, quien lleva atajados este año 8 penales de 14 que le ejecutaron. “El trabajo de Fernando Gayoso, Javier García, Leandro Brey es admirable. Y después hay una persona que tiene que poner el cuerpo bajo los tres palos”, agregó.
¿Casualidad? ¿Reflejos? Cualquiera de estos dos interrogantes son válidos si se pretende buscar una explicación para un arquero que “mete miedo” o siembra “temor” en los rivales cuando lo tienen que enfrentar. Y aquello contra el Bolso y la Academia no fue lo único “Chiquito”, porque por tercera serie consecutiva desde los 12 pasos, en esta ocasión por la Copa Argentina, también su lució en La Rioja, frente a Almagro (Nahuel Basualdo y Agustín Maidana).
Así, contando solamente sus actuaciones en Boca, Sergio Romero se ganó el respeto de los hinchas, por sus atajadas, sobre todo, en una tanda de penales. Aunque también suele atajarlos durante los 90′. El primero fue ante Central Córdoba, el segundo terminó en gol frente a Vélez, el tercero lo detuvo vs. Banfield, y el cuarto fue gol de Miguel Borja en el Superclásico con River Plate. También ante Deportivo Pereira desvió uno, y el sexto fue convertido por Godoy Cruz. La alternancia en el tiempo regular se mantuvo con el que paró ante Martín Cauteruccio de Independiente. De esta manera, el portero surgido en la Acadé, se quedó con 23 en su carrera (13 en tiempo regular y 10 en tandas) sobre un total de 101 disparos, lo que representa el 22, % de los mismos.
Continuando con las estadísticas, Romero superó a Córdoba en atajadas en tanda de penales, en las cuales Boca ganó 39 de 55 definiciones (71 por ciento de eficacia). “Chiquito” atajó 10 penales sobre 19 que le patearon en el Xeneize. De esta manera, según el estadígrafo de TyC Sports, Gustavo Berlingieri, la clave de este arquero pasa por tapar el primero que le patean: de 11 definiciones, atajó 5 veces el primer remate, y de las 5 veces ganó 4 (con Chile, Copa América 2016).
“Hoy te convertís en héroe”, fue la frase que inmortalizó Javier Mascherano en la previa de la definición del Mundial de Brasil 2014 entre Argentina y Holanda. “Chiquito” respondió a la arenga de su compañero y fue clave para clasificar a la Albiceleste a la final después de 24 años.
Desde aquel momento, el arquero se ganó el respeto de propios y extraños en cualquier definición desde los 12 pasos. Y por más que durante mucho tiempo se pensó que acertar un penal era cosa de azar; numerosos estudios ofrecen fórmulas infalibles para un penal perfecto. De hecho, en tal sentido, David Lewis, matemático británico de la Universidad de Liverpool, analizó miles de disparos y llegó a la conclusión de que es posible para los pateadores reducir los fallos al mínimo. La carrera anterior al contacto con el balón debe ser de entre cuatro y seis pasos. Esto le permitirá al futbolista conseguir un impacto con la fuerza ideal que debe estar entre los 80 y los 100 kilómetros por hora. “Si va más rápido, aumentan las posibilidad de un fallo, porque el tiro pierde precisión”, dice Lewis. Pero con Romero, nada es al azar. Por más que el facultativo inglés recomiende pegarle a la pelota con el interior del botín, porque según sus cálculos, el 75% de los tiros lanzados de esta manera se convierten en gol, “Chiquito” se hace “gigante” bajo los tres palos.
La clave del “actor” secundario
“Para desempeñar el cargo de entrenador de arqueros es muy importante haber pasado por el arco y conocer bien lo que es un vestuario”, dijo hace un tiempo, Fernando Gayoso cuando trabajaba para Tigre. Luego de un paso por Racing Club, donde tuvo a Gabriel Arias y Chila Gómez, entre otros, llegó a Boca de la mano de Rodolfo Arruabarrena. Este actor secundario en la última década del Xeneize también tiene mérito al preparar a sus “pupilos” para cada definición por penales. De hecho, de los últimos arqueros, los números son los siguientes: Agustín Orión atajó 15 más otros seis desviados de los 53 penales en contra (teniendo en cuenta tanda de penales y en un partido regular). Luego Agustín Rossi que dejó una gran huella en el club dándole títulos por ser determinante atajando penales detuvo en total 16 más otros cinco desviados de 55 que le remataron en contra. Todos por la ayuda de un Gayoso que es especialista en la materia.
