Los 30 o 40 encapuchados que ingresaron a la popular Sur durante el encuentro entre Godoy Cruz y San Lorenzo y comenzaorn a tirar piedras y proyectiles al campo de juego, con el único fin de suspender el encuentro, no son hinchas del Tomba. No son simpatizantes. Son barras bravas. Son delincuentes. Son lacras. Son como una especie de enfermedad terminal en el fútbol y en el mundo del deporte, imposible de combatirlos. Y alejan a la verdada familia del club.
No es nuevo lo que está pasando en el seno de la barrabrava de Godoy Cruz. Todos los partidos que juega de local, los incidentes son monedas corrientes. Amenazas, emboscadas. Represión. Es todo un acto de supervivencia ira a ver y alentar a Godoy Cruz en el estadio Malvinas Argentinas. Desde hace más de 20 años, la barra del Tomba quedó en manos del Rengo Aguilera y la facción del barrio La Gloria se hizo amo y señor de todas las actividadees de la tribuna Sur del estadio. Cuando Aguilera fue condenado y quedó en prisión por innumerables causas, su familia se hizo cargo de la barra.
Uno de sus hermanos comenzó a tener poder y empezaron las internas. La paz duró poco y comenzó una competencia inmediata entre los hermanos. Comenzaron las alianzas con distintos barrios, facciones y los incidentes fueron moneda corriente. Llegó el cambio de gestión en el Tomba y la barra le planteó sus condiciones a la flamante comisión directiva. No hubo acuerdo entonces la única manera de presionar por parte de estos delincuentes es realizando desmanes en cada presentación del Expreso.
Es lamentable lo que está sucediendo. El hincha Bodeguero, el genuino, el que ama su escudo, el que alienta al futsal, balonmano, básquet o voley, o cualquier escudo de Godoy Cruz, está destruido. No quiere pisar más la cancha. Repudia estas acciones vandálicas en cada momento y hoy, ante San Lorenzo lo hizo sentir durante los 70 minutos que duró el partido. “Que se vayan todos, que no quedé uno solo...”. Y hoy, se suma todo el deporte de Mendoza. No los queremos más en una cancha de fútbol. ¡Delincuentes!
Tras los rumores de una posible salida inminente de prisión del Rengo Aguilera, la hincha del Tomba quedó dividida en tres facciones: la histórica del Rengo, la de su hermano Diego Ramón, apodado “Asesino” y su hermana Carla (fue líder absoluta hasta octubre 2023). Y aparece otro grupo, que no quiere pisar más el club bajo las alas del clan Aguilera. Quiere su propio protagonismo.
¿Por qué pelean? por el control absoluto de la barra que trae grandes dividendos económicos: venta de indumentaria, entradas, estupefacientes, estacionamiento, etc. Una industria paraela al club.
¿Qué pasó hoy ante San Lorenzo? la barra que ingresó como la oficial fue la que pertence aún al Rengo Aguilera. Por lo tanto, la gente de Diego y Carla, ingresaron a la fuerza, con incidentes de por medio y en la tribuna empezaron a lanzar proyectiles con el único objetivo de suspender el juego. Toda la gente que pertence a la facción de Diego y Carla, están cargados en el plan TRIBUNA SEGURA y no pueden ingresar a los estadios por 10 años. Sin embargo, todo indica que para ellos, nada es imposible.
¿Cuál es la solución?
Tiene que intervenir el Estado provincial. Urgente. Con Instituto, con Lanus, con Belgrano ahora con San Lorenzo. El rumor siempre se concreta. “Hoy, se pudre en el estadio con la barra del Tomba”. Y los operativos policiales no son efectivos.
Tristeza absoluta. La verdadera familia del futbol, cada vez está más lejos de las canchas. Reforzar todos los operativos previos a los encuentros en distintos puntos estratégicos de la provincia: que ingresen sólo socios. Personas con antecedentes penales, afuera de los estadios. Basta. Queremos un fútbol para gente que disfrute que grite, cante, aliente y llore. Pero con respeto y pasión. Basta de delincuentes.