Cuando parecía que Diego González se marcharía a Lanús, sorpresivamente apareció Boca y el volante de 32 años será refuerzo del equipo que dirige Miguel Ángel Russo. Sin embargo, al revisar el archivo es fácil descubrir que el flamante jugador Xeneize es del gusto del vicepresidente del club Juan Román Riquelme desde hace tiempo.
“El otro día comiendo un asado con Román me dijo que el Pulpo González le parecía el mejor mediocampista del fútbol argentino después de Nacho Fernández”, contó a fines de noviembre de 2019 el periodista Martín Liberman.
En aquel entonces, González ya se encontraba en Racing, a donde arribó en 2016, pero estaba en inactividad debido a la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda que sufrió en la octava fecha del torneo anterior, del que se terminó consagrando Boca, en un empate ante Rosario Central.
Cuando fue elogiado por Riquelme, el Pulpo era titular en el equipo que dirigía Eduardo Coudet tras haber regresado al club luego de estar a préstamo en el Tijuana de México en la temporada 2018/2019.
Cómo fue la estrategia de Riquelme para cerrar la llegada de González sin que Boca ponga un peso
Detrás de la llegada del Pulpo a Boca está la habilidad de Riquelme para negociar. El vicepresidente segundo y cabeza del Consejo de Fútbol del Xeneize se habría comunicado telefónicamente con el mediocampista para que vistiera la camiseta azul y oro.
La negociación se mantuvo en absoluta reserva para evitar que trascienda en los medios y que Racing se negara a liberar al jugador que acordó sumarse a Boca en condición de libre y con un contrato por dos años. Incluso, el futbolista se realizó ayer los estudios médicos y se sometió a unos estudios cardiológicos y al hisopado para sumarse a partir de mañana al plantel.
De esta manera, Boca, sin gastar dinero, se hizo de un jugador que llega para ser una alternativa de Jorman Campuzano en la mitad de la cancha, una zona que había quedado diezmada tras la partida de Iván Marcone al Elche de España.
