Gimnasia y Esgrima no comenzó de la mejor manera la actual temporada en la Primera Nacional y sumó su segunda derrota consecutiva en igual cantidad de presentaciones. Esta vez, el verdugo fue Chaco For Ever que, como local, impuso condiciones y lo venció por la mínima diferencia.
Aunque la etapa inicial finalizó con una leve ventaja para el elenco local, lo expuesto sobre el campo de juego dejó la sensación de que fue algo exagerado ese 1-0 conseguido a partir del gol del volante Enzo Gaggi, sobre los 25 minutos del primer tiempo.
El Lobo había encontrado algunos buenos momentos desde el desequilibrio que presenta Brian Andrada sobre el costado izquierdo, además de las incursiones ofensivas que supo aportar el lateral Jorge Aruga.
El local decidió presionar en la salida mendocina, que ubicaba a Matías Villarreal muy cerca de los defensores para asumir el primer pase. La intención del elenco de Diego Pozo tuvo algunas deficiencias, sobre todo porque costaba encontrar receptores para iniciar el entramado ofensivo hacia el arco local.
Ese fue un aspecto que el conjunto chaqueño manejó a su favor, ya que logró recuperar el balón más cerca de la valla local y supo exprimir las escasas oportunidades con que contó. Y tras avisar con algunas situaciones de balón parado, llegó la apertura del marcador. Gonzalo Lucero consiguió romper por el sector izquierdo y lanzó un centro bajo, hacia atrás, de esos que se vuelven un puñal para quien los recibe. Por la medialuna del área apareció Gaggi, quien le dio apurado por la marca mendocina y, con algo de fortuna, consiguió vencer la estirada de Tomás Giménez.
No era justo por la poca profundidad que había exhibido el local, pero goles son amores, dicen, y Chaco For Ever ganaba en su estreno como local desde su vuelta a la categoría.
Gimnasia, aunque aturdido, intentó salir más en busca del empate y consiguió algunas buenas aproximaciones sobre el arco de Gastón Canuto, quien apareció en algunas ocasiones para evitar el gol.
La más clara fue sobre el cierre del capítulo, cuando un centro de Aruga fue bajado al punto penal por Oscar Garrido y Germán Rivero, solito y solo, reventó el travesaño con un remate fortísimo. Pudo ser el empate, que hubiera puesto un poco más de justicia a un encuentro que no tuvo demasiadas emociones.
Diego Ortegoza era el hombre que no había tenido una buena primera parte y que sí apareció en el complemento para comenzar a comandar los ataques mendocinos. Desde su conducción, Gimnasia tuvo un rol más participativo y complicó a su rival, que hasta ese momento no había pasado grandes sobresaltos.
Y luego de un par de centros que generaron incertidumbre en los dirigidos por Daniel Cravero, llegó una acción que bien pudo ser el empate del elenco mendocino: Aruga encaró nuevamente con balón dominado y, aprovechando el retroceso de los chaqueños, metió un remate que alcanzó a ser desviado por Canuto antes de estrellarse en el travesaño.
Sin embargo, el correr de los minutos trajo incomodidad alLobo y aparecieron las imprecisiones. El local aprovechó el momento para reacomodar piezas con algunas modificaciones y los ataques mendocinos dejaron de ser profundos, aunque insistentes.
Se jugaba en el mediocampo, aunque el Lobo insinuaba más y ponía mucha gente en ataque. El local se cerraba y apostaba a encontrar espacios que le permitieran definir el encuentro a su favor. Y el encuentro ganó en emociones a partir de un intercambio de ataques. De un lado y del otro, los arqueros se lucieron y evitaron más festejos. Chaco For Ever encontró un mejor control de balón en la recta final de la etapa y llevó peligro que siempre fue bien controlado por Giménez. El Lobo respondió con más coraje que ideas, aunque siempre chocó con Canuto, uno de los grandes responsables de un nuevo cachetazo, esta vez en tierras chaqueñas.
Todas las acciones de Chaco For Ever y Gimnasia y Esgrima: