La guapeada de Nicolás Romano, ganándole las espaldas al central tucumano, que terminó en un cabezazo y un pase limpio que abrió el camino al gol del Tanque Silba, será ese instante único que perdurará en la memoria colectiva de los hinchas del Lobo.
Gol con el que Gimnasia y Esgrima logró el sueño de clasificarse a la final del torneo Reducido de la Primera Nacional.
Final que el Lobo disputará frente a San Martín de San Juan, el próximo domingo a las 17, en el estadio de Belgrano de Córdoba.
Una tarde memorable fue la que vivió el equipo dirigido por Ezequiel Medrán, en Tucumán, donde dejó en el camino al mentado San Martín que, pese a contar con todas a favor, incluso la ventaja deportiva, no pudo con el equipo mendocino.
Frente a todos los pronósticos, el equipo del Parque hizo pesar su historial y también su jerarquía frente a un rival que volvió a exponer que en las grandes definiciones, siempre careció de personalidad, como le pasó en la primera final frente Aldosivi.
Esta vez, el Ciruja claudicó frente al Blanquinegro y terminó retirándose del campo de juego insultado por sus hinchas, bajo una lluvia de botellas en un estadio que fue una caldera durante toda la tarde.
Una caldera de la que el Lobo salió ileso, bien parado, y volvió a exponer de qué está hecho, que su llegada a estas instancias no es casual y que en las definiciones de mayor compromiso volvió a ser “torazo en rodeo ajeno”, como frente a Deportivo Madryn.
Un plantel identificado
Es que, al igual que en el duelo de ida en el Víctor Legrotaglie, el equipo dirigido por Ezequiel Medrán mantuvo el control del juego,pero en esta oportunidad consiguió romper el cero en el marcador, ese que se le negó en el Parque.
Aquel objetivo que Gimnasia se trazó a principios de la temporada bajo la dirección de José María Bianco (que no llegó a buen puerto y tuvo que alejarse), que pareció revivir cuando Darío Alaniz tomó la posta (solo duró unos pocos partidos) y que encontró un proceso de transformación y de consistencia con la llegada de Ezequiel Medrán, quien de a poco empezó a darle claridad al objetivo bajo la famosa frase “vamos partido a partido”.
Gimnasia dio un paso histórico y está a 90′ de alcanzar el preciado sueño, luego de una larga temporada en la que decidió asumir el protagonismo con la llegada del ex Boca.
Bajo la dirección de Medrán, el Lobo llegó a estar 12 partidos invictos y aunque tras la derrota con Colón tuvo un notable bajón, supo recuperar su nivel e identidad y ahora llega a la definición en un gran momento.
La final será frente al Santo sanjuanino, un equipo que también creció en la última fase del campeonato. En el Reducido dejó en el camino a All Boys (con un arbitraje muy polémico de local) y en semifinales a Nueva Chicago (perdió en la ida 2 a 1 y ganó de local, 1 a 0), donde redondeó un global de 2 a 2. Lo que le permitió salir airoso gracias a la ventaja deportiva, por haber sido el elenco mejor clasificado respecto de su rival.
Una definición que seguramente tendrá todos los condimentos en un choque entre mendocinos y sanjuaninos.
El Lobo está a 90 minutos de concretar su gran sueño, el ascenso a Primera División. Un objetivo, para el cual ya comenzó a trabajar.