La semifinal de la Copa Argentina entre Godoy Cruz y Talleres de Córdoba estuvo teñida de polémica durante varias semanas. en las últimas horas se confirmó que el partido que se tenía que jugar el 12 de noviembre pasó para el 1 de diciembre en San Luis algo que benefició a los cordobeses ya que podrán contar con Diego Valoyes y, si se recupera de la lesión, con Carlos Auzqui.
Esto generó el enojo de los hinchas, cuerpo técnico y dirigencia tombina, ya que Diego Flores puso un equipo con cambios para enfrentar a la “T” por la Liga Profesional, mientras que los cordobeses pusieron lo mejor y se quedaron con un triunfo que al Expreso habría venido muy bien para engrosar los promedios.
Esta decisión de la Copa Argentina y de Torneos (la empresa que organiza la Copa) trató a Godoy Cruz como un equipo chico, ya que su reclamo fue desechado por la organización y aceptaron el pedido de Talleres que hacía referencia a tener un jugador convocado por la Selección de Colombia, algo que a Godoy Cruz le pasó los cuartos de final ante Tigre cuando Juan Espínola desechó la convocatoria de la Selección de Paraguay.
Esto refleja que la dirigencia tombina no tiene ningún peso en la AFA, todo lo contrario a lo que pasa con los cordobeses, quienes utilizaron un precedente usado por los equipos “grandes” del fútbol argentino para postergar sus encuentros de Copa Argentina por tener jugadores convocados a sus selecciones.
La diferencia de esta instancia es que Godoy Cruz tiene una sola bala para clasificarse a la Copa Libertadores: ganarle a Talleres y después vencer a Boca, quien es finalista.
Estas situaciones tendrán que tenerse en cuenta a futuro, cuando los dirigentes que están en la cabeza de AFA le piden a los clubes que levanten la mano para apoyar proyectos, ya que en esta situación Godoy Cruz fue perjudicado y destratado.
