Al ritmo del “Soy celeste, yo soy”, de algo de percusión para mover los cuerpos y del sol de la tarde mendocina -que se mimetizaba con el de las decenas de banderas uruguayas en los asientos del estadio Malvinas Argentinas-, los hinchas uruguayos le pusieron color (celeste) al cierre del Grupo E del Mundial Sub 20 Argentina 2023.
Apasionados y eufóricos, como lo indica su historia, los simpatizantes uruguayos (en su mayoría, familiares de los jugadores de la Selección) se hicieron sentir este domingo en Mendoza. Pero es apenas el punto medio de su excursión por tierras argentinas, ya que apenas terminó el partido contra Túnez (victoria 1 a 0 para Uruguay), comenzaron a preparar todo para viajar a Santiago del Estero, donde jugarán por Octavos de Final de la Copa del Mundo. En pocas palabras, tras haber comenzado en La Plata, haber pasado por Mendoza y tener todo listo para seguir en Santiago del Estero, la Selección de Uruguay habrá pasado por 3 de las 4 sedes que tiene la Copa del Mundo Sub 20 (no jugaron en San Juan).
“Cada uno vino por su cuenta, pero acá nos hemos encontrado acá y hacemos todo juntos. Para el Sudamericano, que fue en Colombia, fue más especial aún, ya que viajamos todos los padres de los jugadores juntos en contingente y nos movíamos a todos lados en grupo. Acá, al estar más cerca, cada uno viajó por separado. Y vino más gente”, resumió Lorena, madre del jugador uruguayo Luciano Rodríguez y una de las hinchas uruguayas más visibles en las tribunas con un gorro tipo galera -pero de polar- con los colores de la bandera uruguaya.
Todo por mi hijo: la familia de un jugador completó casi 1.600 kilómetros en un día para llegar a Mendoza
Rodrigo Chagas es mediocampista de Nacional de Montevideo y tiene 19 años (cumplirá 20 en agosto). Y aunque la Selección Uruguaya Sub 20 ya jugó dos partidos en La Plata (Buenos Aires), prácticamente en la “vereda de en frente” de Uruguay, los padres del jugador recién pudieron viajar a verlo a Mendoza, para el tercer partido.
“Fue todo un día de viaje, desde Montevideo a Mendoza. Salimos de Montevideo a Colonia en ómnibus, de ahí tomamos el ferry hasta Buenos Aires y, de Buenos Aires a Mendoza, lo hicimos en avión. Todo tomó como 15 horas, pareció interminable, pero lo importante es que estamos acá”, destacaron con una sonrisa y aferrados a la bandera uruguaya los padres del juvenil rioplatense.
Un viaje de egresados, con el fútbol como excusa
El uruguayo es un pueblo futbolero por excelencia. Bicampeón del Mundo (ganaron las Copas de 1930 y 1950), viven el fútbol y todo lo que rodea a este mundo con un apasionamiento especial.
Por ello es que no sorprendió que, entre las 6.497 personas que disfrutaron del primer partido de este domingo, se hicieran sentir como si el encuentro contra Túnez se estuviese disputando en el mismísmo y mítico Estadio Centenario de Montevideo.
“Es muy lindo el estadio Malvinas Argentinas, todo el entorno. Es como el parque donde está el Centenario, pero mucho más grande e imponente”, coincidieron Andrea y Pablo, padres del mediocampista uruguayo Matías Abaldo. Casi tan llamativa como la mamá de Rodríguez -e incluso más-, Andrea no pasó desapercibida en la tarde mendocina con su peluca celeste, las gafas con la forma de la bandera uruguaya y la propia bandera de bastones celestes y blancos atada a la espalda, como si fuese una capa.
“Ha venido mucha gente de Uruguay a ver el mundial, nos favorece mucho el tipo cambiario y eso influye, agregó la uruguaya, quien llegó el viernes a Mendoza.
“Acá no existe rivalidad”
Nacho Sosa (19) juega en el Fénix de Uruguay, mientras que Juan Cruz De los Santos (19) es delantero del River Plate uruguayo. Afuera del campo de juego del Malvinas, las familias de uno y otro compartían risas, anécdotas y mates en la platea techada del Malvinas Argentinas.
“Llegamos anoche a Mendoza y, según el resultado, podemos llegar a jugar en Santiago del Estero. Ya venimos de La Plata, ahora en Mendoza y podríamos seguir en Santiago. ¡Estamos haciendo turismo por toda Argentina!”, contaron, sonrientes, las madres de los jugadores, Daniela (mamá de Sosa) y Analía (mamá de De los Santos).
Cada familia llegó por su cuenta a Mendoza, pero en las gradas del Malvinas, estuvieron siempre juntas. “Los dos son igual de buenos, acá no existe rivalidad ni competencia”, coincidieron -sonrientes- al describir el juego de ambos jóvenes.
Un uruguayo en San Rafael y con la firma del Enzo
Javier Aizcar es uruguayo -igual que toda su familia-, pero vive en San Rafael hace ya varios años. Y, para acompañar a la Celeste, uno de sus hijos llevaba la camiseta con que la Selección de Uruguay culminó cuarta en el Mundial de Sudáfrica 2010.
Pero, además, la camiseta tenía otro detalle que revaloriza -aún más- su valor, principalmente simbólico: tiene la firma de Enzo Francescoli, ex jugador de Uruguay y de River Plate (el argentino).
“Hace un tiempo ex jugadores de River fueron a jugar al Polideportivo de San Rafael un partido amistoso. Y ahí conseguimos que el Enzo nos firmara la camiseta. Ahora nuestro sueño sería conseguir la firma del Ruso Pérez, que fue parte de aquel equipo de Uruguay de 2010 y hoy es ayudante técnico del DT del Sub 20 uruguayo”, soñó, en voz alta, Javier.