En una gran noche de básquet, Boston Celtics se adelantó 2-1 en la serie final de la NBA al derrotar 116-100 a Golden State Warriors, haciendo pesar su localía. El gran dato es que los verdes tienen un récord de 10-0 en Playoffs cuando anotan más de 108 puntos.
Además, el trio estelar de los Celtics (Tatum-Brown-Smart) hizo de todo para que Boston se quede con el tercer punto. Luego de la dura derrota en Golden State, los locales comenzaron encendidos en el juego, obligando a Steve Kerr a pedir dos tiempos muertos en los primeros siete minutos de partido.
La máxima diferencia del primer cuarto para Boston fue de 15 puntos (26-11) con un encendido Jaylen Brown (17 puntos: 6/9 en tiros de cancha) y un dominio en los rebotes. Esa fue la llave para controlar a los Warriors y dejarlos con un preocupante 8/23 en lanzamientos de campo.
En el segundo cuarto se bajó el ritmo, pero Boston siguió manejando el marcador con un Jason Tatum haciéndose cargo de la ofensiva para aumentar la diferencia a 18 (54-36) y hacer delirar a los fanáticos de los Celtics en el TD Garden.
Los Warriors reaccionaron con el trío encabezado por Stephen Curry (14), Andrew Wiggins (13) y Klay Thompson (15) acortaron la brecha con un parcial de 10-0 luego del minuto solicitado por Kerr. Pero Brown y Tatum tenían otros planes para Boston y reacomodaron las cosas para irse al término del primer tiempo ganando 68 a 56.
Boston Celtics lo liquidó en el último cuarto
Con un show de Curry (15) y su ladero Thompson (10), sumado al acierto del entrenador en bajar la estatura del quinteto para darle mayor movilidad a la ofensiva y versatilidad a la defensa con Draymond Green como abanderado para dejar en cero puntos a Brown.
Los Warriors pasaron por primera vez al frente en el partido (83-82) con un parcial de 27-14 con tres minutos por jugar. Los Celtics, con cinco puntos de Robert Williams contuvieron el envión anotador de Golden State y volvieron a tomar la ventaja: 93-89.
En el último cuarto, Boston arrancó con una corrida de 9-2 para volver a tomar las riendas. A partir de allí, manejó la diferencia y llevó al juego al terreno de la fricción, con mucho roce. Sumado a la supremacía en los tableros (47-31), los Celtics sellaron el triunfo con un parcial final de 27-11. Home Sweet Home.
El viernes 10 de junio, otra vez en el TD Garden, Boston puede quedar a un pasito más de hacer historia en la NBA.