Es el final de una noche bastante agitada en el imponente Iconic Lusail Stadium. En realidad, ya es de madrugada y en pocas horas el sol irá asomando lentamente en el cielo de Qatar. Luego de los festejos, de bañarse y cenar en el vestuario, los jugadores de la Selección van pasando en fila por la congestionada zona mixta para subirse al colectivo que los llevará de regreso al búnker ubicado en la Universidad de Qatar. Y uno de los primeros en salir y detenerse a hablar con la prensa es Nahuel Molina Lucero, la figura sigilosa del equipo de Lionel Scaloni. Nada menos que el que abrió el partido con un desdoblamiento perfecto y un pique al espacio para recibir un pase imposible (¿cómo hizo?) de Messi para definir entre el achique del arquero Noppert y el cierre desesperado de van Dijk.
“Es un orgullo poder estar en semifinales con la camiseta de nuestro país”, comienza diciendo rodeado de micrófonos y celulares el cordobés nacido hace 24 años (el 6 de abril de 1998) y formado en las divisiones menores de Boca Juniors.
Difícilmente Nahuel olvide el 9 de diciembre de 2022. Motivos tiene de sobra: su primer gol con la camiseta de la Selección Argentina quedará en la retina de todos los argentinos, pero mucho más tatuado para él, ya que fue su primer grito con la Albiceleste. En el minuto 35 del primer tiempo inició la jugada por la derecha, jugó la pared con Messi y picó al espacio. Leo manejó los tiempos y le dio un pase realmente maradoniano (hizo recordar al de Diego a Brasil en el ‘90) y el bueno de Nahuel abrió el marcador con un toque “de puntín, como en el barrio”, según su propia definición antes de aportar más detalles de su obra: “Van Dijk me cerró bien, me chocó y por suerte llegué a puntearla”.
Claro que para Molina no fue solamente un gol más, fue el grito de su vida. Por eso, apenas vio que la pelota entraba junto al palo derecho, salió corriendo para el banderín del córner perseguido por una maraña de compañeros que lo escoltaba. Fue en ese momento que miró al cielo y rompió en llanto. “Es el gol más importante de mi carrera. No sólo fue un gol en un Mundial, sino también el primero mío con esta camiseta. Es una alegría muy grande para mí y para toda la gente que está acá y en la Argentina, que me haya tocado a mí es un orgullo. Se me cruzaron muchas cosas por la cabeza, mil momentos vividos, lo soñé un montón de veces. Poder convertir mi primer gol con esta camiseta y que sea en un Mundial, la verdad que es un sueño”, agregó el actual lateral derecho del Atlético de Madrid.
Claro que, como no podía ser de otra manera, el nacido en Embalse le dedicó unas palabras al magistral pase de Messi. “Todavía no sé cómo hizo”, afirma en clara referencia a que no había línea de pase posible. Leo estaba rodeado de tres camisetas naranjas y estaba perfilado como para abrir el pie y abrir hacia su izquierda, pero metió un pase en diagonal perfecto que Nahuel controló con zurda y definió de derecha. Golazo.
Formado en las divisiones menores de Boca, Molina tuvo una salida conflictiva del Xeneize y quedó libre en junio de 2020. Y mientras se gestó su rehabilitación de rodilla luego de la artroscopia simple donde se constató una rotura parcial de ligamento cruzado posterior, también aparecieron intereses desde el exterior. Sonó en varios países europeos, pero se inclinó por Udinese de Italia. Como premio consuelo, Boca recibió unos 600 mil euros en concepto de derechos de formación. Su rendimiento en Italia no pasó desapercibido para Lionel Scaloni, quien lo hizo debutar en la Selección argentina para las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a Qatar 2022. Posteriormente, Molina jugó cinco partidos de la Copa América 2021 que ganó la “Albiceleste”.
Un primer semestre de 2022 en gran nivel y otro título con la Argentina tras ganarle 3-0 a Italia en La Finalissima, terminaron de convencer a Diego Simeone y fue transferido al Atlético Madrid por unos 12 millones de dólares. Boca Juniors habría recibido 700 mil dólares por derechos de formación.
Su papá Hugo estuvo en Lusail junto al resto de la familia. “Mi familia está acá acompañándome y eso es muy importante. En el momento del gol me acordé de mi casa, de mi viejo, de mis amigos, de mi novia y de toda mi familia. La verdad que todavía no caigo. Son cosas que van pasando muy rápido, estoy muy feliz”, dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
Antes y después de su gol, Molina jugó un partido realmente muy provechoso. Tanto él como el Huevo Acuña, en el otro andarivel, explotaron muy bien las subidas por las bandas. Y la situación que derivó en el gol es algo que viene trabajando muy bien este equipo desde hace mucho tiempo: el paso al ataque de los laterales como interiores, los famosos “lateriores” para explotar los pasillos internos y llegar por sorpresa. “Sabíamos que atacar por la derecha era una posibilidad, el entrenador había preparado el partido de esa manera para romper a las espaldas de los defensores. Generalmente el Fideo (Di María) juega más abierto y yo un poco más atrás, pero me tocó a mí atacar los espacios y por suerte llegó el gol”, explicó con precisión quien también tuvo un paso por Rosario Central, club donde mostró sus grandes condiciones luego de debutar en el Xeneize en la temporada 2015/2016.
Fundamental para él y para el grupo será el descanso la recuperación para lo que viene. Y lo que viene es nada menos que una semifinal ante la difícil Croacia, que eliminó nada menos que a Brasil en otra demostración de carácter y de no darse nunca por vencido. “Ahora tenemos que pensar en descansar. Recién termina el partido, vamos a descansar y desde mañana (por hoy) a pensar en el siguiente partido frente a Croacia”, añadió.
La eliminación de Brasil causó una verdadera revolución en Qatar y fue una noticia que tuvo un impacto a nivel mundial. No era para menos. Los jugadores argentinos salieron a la cancha con el plus de saber que, si pasaban a Holanda, enfrente ya no estaría la Canarinha. Cuando le consultaron sobre si le hubiese gustado un superclásico sudamericano en las semifinales de Qatar, Nahuel estuvo tan rápido como en el gol para resolver la consulta: “Para llegar adonde queremos hay que jugar contra los mejores, nos tocó pasar a nosotros y ahora tenemos que pensar en Croacia”, comentó el héroe silencioso de la Selección Argentina.
El pibe que vio todo oscuro tras irse de Boca por la puerta de atrás hace poco más de dos años, hoy disfruta emocionado de su gran presente y de su golazo ante Países Bajos. El fútbol es así, un universo donde conviven historias de superación, resiliencia, tristezas, emociones y alegrías. Gracias al actual cuerpo técnico de la Selección, Molina pasó de ser prácticamente un lateral derecho desconocido para el mundo del fútbol a ser el “4″ titular de la Selección Argentina campeona de América y que sueña con levantar la copa en Qatar. De la mano de los Lionel (Messi y Scaloni) y un grupo unido que por ahora supo superar todas las adversidades.