Nueva Zelanda, el próximo rival de la Selección, tuvo la gran chance de transformarse en la primera selección clasificada del grupo A a los octavos de final del Mundial Sub 20. Sin embargo, fue muy inocente, se tiró atrás y Uzbekistán se lo empató.
Los neozelandeses volvieron a ser efectivos sin lucirse venciendo a Otabek Boymurodov con dos remates precisos. El primero, de Benjamin Wallace, un atrevido volante izquierdo que se filtró a espaldas de Askarov para convertir vía bombazo al primer palo, inatajable para el arquero uzbeko. El segundo, del playmaker: Jay Herdman.
El 10 de Nueva Zelanda marcó uno de los goles más lindos del Mundial, al menos desde lo estético: tomó la pelota en el vértice derecho del área grande, enganchó y remató cruzado al ángulo superior opuesto de Boymurodov, que no alcanzó a despejar.
Uzbekistán, lejos del nivel que mostró en el primer tiempo frente a la Argentina, desnudó algunos problemas defensivos rivales neozelandeses, especialmente a espaldas de los laterales Isaac Hughes y Lukas Kelly-Heald.
Pero aun cuando tuvo mucho más la pelota, falló por la impericia -y la tardanza- para definir de Abbosbek Fayzullaev y de Nodirbek Abdurazzov.
Nueva Zelanda, en cambio, mostró una modificación táctica en relación al primer partido, el que jugó frente a Guatemala (victoria 1-0): contra los uzbekos, Darren Bazelev archivó la línea de cinco y plantó un 4-1-4-1, incluyendo entre los titulares a Norman Garbett, el Pavel Nedved maorí, autor del gol del triunfo contra Uzbekistán.
De este modo, mantuvo como eje de juego al 6, Fin Conchie, habitual pivote que retrocedió para sumarse a la línea defensiva al momento del repliegue. Y soltó por las bandas a Wallace y Herdman.
Sin embargo, al cambiar en el entretiempo y parar un fondo con 3, Nueva Zelanda se mostró más permeable e inconexo. Abbosbek Fayzullaev apuntó y atacó la zona más endeble -la estancia que había detrás de Kelly-Heald- y marcó el descuento ante un Kees Sims que tardó en salir. Una falencia que el deté quiso compensar con la entrada de Supyk, aunque a medias.
Porque a los oceánicos les costó sostener el triunfo principalmente porque Uzbekistán recuperó en el segundo tiempo el juego asociado que había exhibido ante Argentina. Y lo llevó a retroceder.
Con menos posesión aún que en el primer tiempo, sufrió más de la cuenta: zafó porque Jarvie se recuperó a tiempo para tapar un remate de Kholdorkhonov. Y porque Sims se estiró para desviar un tiro de media distancia.
No obstante, en el final otra vez Uzbekistán aprovechó el repliegue neocelandés y con un centro preciso terminó en cabezazo y gol del 2 a 2 marcado por Esanov.
