Hay un deseo tan recurrente como necesario en la mayoría de los hinchas del fútbol de Mendoza: tener al menos dos equipos en Primera y lograr lo que varias veces hicieron realidad otras provincias como Córdoba y Tucumán, parte de los “indirectamente afiliados”. Sin mencionar a Santa Fe y Buenos Aires, que es el primer abonado a llenar la máxima categoría por una cuestión meramente demográfica.
El tema es que ese anhelo mendocino se hace esperar desde hace décadas; solo Godoy Cruz ha conseguido instalarse y sostenerse en lo más alto de los torneos federales de Argentina. Lo hizo en 2006 y, con un bajón pasajero de por medio, cristalizó el objetivo de pertenecer al fútbol grande con participación en Copas internacionales.
Por rendimientos deportivos o bien por una cuestión de presupuestos y peso en la AFA, los mendocinos nos acostumbramos a ver cómo Belgrano y Talleres, Atlético y San Martín de Tucumán participan frecuentemente de la Primera división, más allá de los descensos ocasionales. Un fenómeno que no se replicó en Mendoza y que amerita pensar que ya es hora de que la historia cambie.
Este final de año encuentra a Gimnasia y Esgrima e Independiente Rivadavia entre los protagonistas al tan ansiado ascenso, el segundo que otorga la Primera Nacional 2022 después del boleto que ganó de manera directa y contundente el Pirata cordobés, que una vez más se reencontrará con Talleres en el certamen de fútbol por excelencia versión 2023.
En el camino del Lobo, que hizo una gran campaña de la mano del DT Luca Marcogiuseppe, aparece el Deportivo Morón, último clasificado al Reducido. El domingo 16 de octubre, en el estadio Víctor Legrotaglie (13.10, TyC Sports), Gimnasia buscará aprovecharse de la ventaja deportiva para clasificar a cuartos de final. Un paso más que el hincha espera para acercarse al premio mayor.
La Lepra, en tanto, encarará de visitante su compromiso en el mini torneo. Será en Buenos Aires, frente a Almagro, también el domingo 16 (18.05, DirecTV) y con desventaja deportiva ya que en la ronda de clasificación finalizó noveno. Eso quiere decir que el conjunto de Gabriel Gómez, quien otra vez metió al Azul en una conversación importante, deberá ganar para seguir con chances de gloria.
No es fácil lograr que Mendoza tenga, al menos, dos exponentes en Primera. No lo fue, no lo es y no lo será. Desde la década de 1980 que, sujeta a los cambios de esquemas y versiones en el fútbol argentino, nuestra provincia no se ubica con un par de clubes allá arriba, bien arriba.
Pero el intento no es imposible porque el fútbol es eso: fútbol. Y cualquier cosa puede pasar en el marco del deporte más lindo del mundo, que más de una vez ha arrojado grandes sorpresas.
En caso de clasificar ambos, habrá que esperar para conocer quiénes serán los otros equipos con vistas a los próximos cruces. En cuartos de final aguarda San Martín de Tucumán, gran candidato que sueña un reencuentro con el Decano.
En caso de que Gimnasia y/o Independiente accedan a semifinales, deberán pensar que puede tocar Instituto, el actor de mayor renombre en estos mano a mano rumbo a la Liga Profesional. Sí, Córdoba está cerca de tener no dos, sino tres clubes en Primera.
Tanto el Mensana como su vecino del Parque deberán batallar muy duro para dejar en el camino al resto de los soñadores. Corregir errores en tiempo récord, definir las mejores tácticas y estrategias y no negociar el sacrificio hasta el minuto 95 serán los aspectos fundamentales.
A pesar de lo complejo del asunto, ojalá la suerte, la diosa fortuna o el buen rendimiento individual y grupal quieran que Mendoza se ubique a la cabeza de todos los portales de noticias, redes sociales, radio y televisión. Que el singular se transforme en plural. Que sea el momento.
