Es una multitud la que salta y baila sin parar, como si alguna especie de fiebre azul la hubiera invadido. No hay mañana. Todo es hoy; ahora. Las dificultades quedarán para otro momento. Los problemas económicos también. Lo único que importa es que Independiente Rivadavia, club que a esta altura se convirtió en el movimiento popular más importante de la provincia, alcanzó el objetivo tras vencer a Deportivo Maipú, 1-0, en un partido tan dramático como inolvidable: jugará la final por el primer ascenso a la Liga Profesional 2024.
¿Será posible tanta locura? ¿Será posible sentir tanta emoción? La Lepra está a un escalón del fútbol grande de nuestro país.
Los del Parque están en la gran final y está bien que esos hinchas que se agolparon para esperar al plantel en su llegada al Bautista Gargantini lloren, rían y se abracen. Si hasta Alfredo Berti, el entrenador, un soldado de las solemnidades, pareció perder su habitual compostura apenas conocido el resultado en Rafaela.
Justamente el DT mucho tiene que ver en esto. Supo absorber la presión de un ciclo que él no inició, y con sus palabras justas consiguió revertir la campaña. Corazón caliente y cabeza fría para reconocer cuando había que cambiar. Desde su contagio, el santafesino hizo creer y crecer a un plantel al que tomó golpeado por un puñado de malos resultados. De allí, el mejor capítulo de la historia de este club. Ahora, ya con las pulsaciones controladas, comenzará a diagramar el juego que puede firmar con letras de oro una página del libro leproso.
Independiente Rivadavia siempre se pareció a sí mismo. No es casualidad que haya conseguido hacerse del liderazgo de la zona en el cierre de cada ronda. Nunca dio nada por perdido y siguió creyendo en sus fuerzas, cuando muchos aconsejaban pensar en el Reducido. Aunque en ocasiones el equipo se dobló, jamás se quebró. Y esa es su máxima virtud.
No hay en la categoría, aun cuando todavía quede por disputarse hoy la última fecha de la Zona A, un equipo que haya ganado tantos partidos como el Azul. Fueron 20 los triunfos conseguidos en 34 partidos. Incluso, consiguió una racha de 14 juegos sin caídas, con trece triunfos y apenas un empate. Seis empates y ocho derrotas completan el recorrido leproso en el torneo, donde se registraron triunfos destacados en sus visitas a Quilmes, Atlético de Rafaela, Mitre y Deportivo Maipú, entre otros.
Y aunque tuvo actores fundamentales en roles determinados, el valor de lo conseguido obedece a la comunión de un plantel que sacó a relucir en todo momento su temple. Pudo jugar mejor o peor, pero nunca renunció a seguir corriendo y luchando.
Ahora se vienen doce días para preparar el partido más importante de la historia del club, donde las promesas estarán a la orden del día.
¿Será posible tanta locura? ¿Será posible sentir tanta emoción? Claro que sí.
